- ¿Y si me fijo en su sonrisa?
- No es mala opción. ¿Te sonríe?
- Sí. Y tiene una sonrisa preciosa… llena de dientes.
- Jajajaja! Qué gilipollas que eres.
- Y unos ojos…
- ¡Me voy a poner celosa!
- Deberías… si no fuera porque soy un poco lento de reflejos.
- ¿No me digas que no le has dicho nada?
- Pues no te lo digo.
- Para empezar eres tonto. Y para acabar también. Vale que no se lo dijeras a la otra, por lo que ya sabemos, pero ¿a esta? Yo no la he visto ni nada, pero según lo cuentas… a huevo muchacho, a huevo!
- Ya, ya, ya… no me rayes.
- Es decir, vas a su casa un día, te sonríe, se queda contigo mientras las compañeras van a ver la tele. Vas un segundo día se pone a canturrear por Extremo y ¿no eres capaz de decirle nada?
- Eso es. No soy capaz, lo has definido muy bien.
- Hombre… yo creo que no te das cuenta. Porque después lo pensaste. Si lo hubieras pensado antes, lo habrías hecho.
- Supongo que sí, claro. Lento de pensamiento, pues.
- Sí. Algo sí.
- Ha dicho algo malo de mi.
- Homer… no. Eso es bueno… lento! Me ha llamado lento!
- No soy lento!
- Todavía estás aquí, hay que ver que lento eres Homer!
- (los dos) Jajajajaja!!!
- Que freakys que somos.
- Mucho.
- Ya has conseguido cambiar de tema!
- Casi funciona, ¿eh?
- Sí, sí. Has estado a un tris. Pero no. ¿La vas a volver a ver?
- Jajajaja!! Eres demasiado romántica!
- O tu muy poco.
- No sé, no sé…
- ¿La volverás a ver?
- Insistente la amiga. No lo sé.
- Inténtalo.
- ¿La sigo?
- Ja, jo, jajota.
- ¿Qué quieres?
- Yo no quiero nada, ¿qué quieres tú? Deberías volver a verla, yo creo que tienes posibilidades.
- Para ti yo siempre tengo posibilidades.
- Vale. Lo dejamos.
- Vale.
- Joder tío! Siento ser pesada pero…
- Ya, ya…
- Es verdad. Creo que tienes posibilidades. ¿Qué me dices de las risas?
- Que se pueden deber a cinco mil millones de cosas.
- Ya.
- No me mires con esa cara porque no.
- Vale.
- Vale! Lo intentaré! Dios, que pesada.
- Jajajaja! No he dicho nada!
- Claro, como si hiciera falta. Como salga mal te va a tocar aguantarme.
- Encantada. No tiene por qué salir mal.
- Claro.
- Si de verdad lo intentas.
- ¿Me vas a estar vigilando?
- Puede que si.
- Tengo los nervios destrozados depresión tras depresión, No es fácil ser quien soy pero…
- Nadie dijo que fuera fácil.
- Nadie dijo nada. No me pidieron permiso.
- Jajajaja! Don tremendista!
- Encima riéte de mi.
- Si quieres nos ponemos a llorar.
- Mejor no.
… - ¿Y tú que tal con…?
- Ber.
- ¿Qué clase de nombre es Ber?
- Diminutivo de Bernardo.
- ¿¿Qué clase de nombre es Bernardo??
- ¿Quién se ríe de quién?
- Yo me río de Bernardo... tiene muy mala rima.
- Ja, ja y más ja. No tienes gracia.
- Si tu lo dices… alto! Casi esquivas la pregunta!
- Dios! Por que poquito. Lo siguiente era introducir otra conversación! Casi lo consigo…
- Aaaahhhhh!! Se siente! He estado despierto. ¿Qué tal con Bernardo?
- Bien.
- ¿Sólo bien?
- Las relaciones van bien o van mal. ¿Qué más quieres que te diga?
- Vale, vale… susceptible estás. Con lo romántica que eres… no sé… matiza, ya sabes.
- Matiza, matiza… vamos bien. Sin más. Es rutinario.
- Oh, oh! Rutina!
- Ya… ya sabes lo que pienso.
- A mí me dijeron una vez: nuestra relación está estancada. ¿Es eso mismo?
- Supongo que sí. Yo estoy bien, porque estoy bien. Le quiero, me río mucho con él, lo pasamos bien.
- Pero…
- Malditos “peros”… pero no me llena.
- La eterna búsqueda de la perfección, del completo!
- ¿Y qué quieres? Falta algo, falta chispa.
- La rutina lo envuelve todo.
- Quizás no deberíamos seguir.
- …
- ¿No dices nada?
- ¿Qué quieres que te diga? Sinceramente, sólo tu y/o él lo podéis decidir.
- Ya…
- No lo conozco, no os he visto juntos… no sé cómo es vuestra relación… no puedo opinar.
- Quedaremos un día los tres, entonces.
- ¿Tan necesaria es mi opinión?
- Mucho.
- Pues… no es que me apetezca mucho darla, pero…
- ¿Por? ¿No me quieres ayudar?
- Eh, eh… sin manipular. No sabría ser imparcial. Ningún hombre te merece.
- Me ruborizas… a pesar de ser tan burdo.
- Es cierto. Pero lo intentaré.
- Gracias. Quedaremos, entonces. Te quiero.
- Yo a ti más bien te odio.
- Lo sé. Por eso te quiero.
- Dios! Eres insoportable! Es imposible no quererte!
- Jajajaja!
“Voy a liberar versos presos, voy a liderar el congreso del beso a la musa”
Cantando, Violadores Del Verso.