Estamos en una oficina. Es una oficina muy grande y blanca. Está rodeada por pequeñas peceras llenas de máquinas y gente con trajes antirradiación. Estoy sentado frente a un tablero con unas cuantas pantallas y muchos botones, palancas, interruptores… estamos creando
- Hola Pósito, siéntate.
- Gracias, señor.
- Vamos al grano, acabamos y nos tomamos un güisqui, ¿te parece?
- Estupendo, señor.
- Bien. Quiero que vengas mañana a la reunión con los militares. Si todo sale bien dirigirás un nuevo proyecto conjunto.
- ¿El gobierno? Vaya… debe ser algo muy gordo.
- Lo es. Vamos a adelantarnos a Alemania en la creación de una bomba nuclear.
- ¿Cómo? Esa tecnología aún no es aplicable al uso, es altamente inestable.
- ¿Desde cuando tienes escrúpulos? Si los alemanes pueden, nosotros también. Tenemos las investigaciones muy avanzadas y queremos probarlo cuanto antes. La forma más rápida es contar con la aprobación del gobierno y el apoyo de los militares. Quiero que les vendas que podemos hacerlo. Y no te estoy proponiendo nada ni quiero que lo pienses, es una orden. Y es lo mejor para ti, lo sabes. Un cargo importante, un sueldo más que importante… pronto serás un multimillonario. Por más que te lo parezca, nunca podrás imaginarte cómo vivimos… hasta que lo vivas. Cuando uno es asquerosamente multimillonario lo puede tener todo. Una vida tranquila, una ajetreada, una ajetreada pero sin que nadie lo sepa, una doble vida… ¡y hasta una triple! Todo se puede comprar con dinero, y te aseguro dinero como para poder comprarlo todo.
- Es usted altamente convincente señor… y me ha hecho feliz.
- Me alegro… ¿con hielo?
A los militares nos costó más bien poco convencerlos, pareciera que tenían más ganas que nosotros de probarlo… y que saliera bien. Así lo hicimos. Trinity fue la primera, y salió perfectamente. Todo sucedió demasiado deprisa. Lo cierto es que teníamos las investigaciones mucho más avanzadas de lo que parecía… demasiado. Mi vida cambió radicalmente. Me sobraba el dinero. En serio. Es inimaginable. Luego me desentendí. Intenté alejarme. Tenía dinero como para vivir varias vidas a todo trapo… no tenía prisa. Pero la información llega a todas partes. Viví alejado la conmoción social que provocó el uso militar de la bomba en Hiroshima y Nagasaki. Era de esperar. Estaba al margen. Y supe que otros países empezaron a investigar. Y, por supuesto, Estados Unidos vendió cara
- ¿Qué ha pasado?
- ¡Ah! Por fin despiertas… ha sido un trance muy largo. ¿Qué tal estás?
- Bueno… es… (silencio) horroroso… yo…
- Es difícil. Intenta tranquilizarte.
- ¿Tienes un poco de agua?
- Por supuesto. Y… no te preocupes… lo sé todo… yo…
- Preferiría no hablar de eso… por favor…
- Yo también tengo algo que contarte…
“La distancia hasta llegar se llenaba de oscuridad
La luz que me guiaba se apagó
Y en un triste amanecer inundado por la ilusión
Una voz en el aire nos hundió
Y el mensaje...El mensaje que llevaba era dolor
Y enterraba... Enterraba el alma donde se sintió
Serenarse
Sin lugar a reaccionar abandonó la verdad
Me oculto en un vacío temporal
Me obsesiono en dibujar la madrugada de la ansiedad
Si el tiempo le ayudó a descansar
Un largo viaje sin avisar
Una llamada sin acabar
Una propuesta sin aceptar
Quizás mañana
Cuántos deseos sin realidad
Cuántos proyectos sin empezar
Cuántos momentos que recordar
En mi memoria
Y el mensaje....El mensaje que llevaba era dolor
Y enterraba.... Enterraba el alma donde se sintió
Serenarse, Serenarse
Bajo la inseguridad de tener que continuar
Pensando en qué momento puede ser
Siempre me acompañará esa objeción a la adversidad
Y el hambre de vivir y disfrutar”
Serenarme (en la desolación), Hamlet