Es posible que se acerque a mí esta descripción… bastante. A veces tengo la sensación de que soy un recuerdo borroso. Aquel chico de la barbita que se pasaba el día en el bar del insti… así me recordará alguien… aunque espero que no, sinceramente. No merece la pena que te recuerden. Es lo mismo de siempre. Recordar a alguien significa que no forma parte de tu presente. Por eso yo no recuerdo a nadie. Hay mucha gente que tengo presente… constantemente.
Escribir (hablar) sobre uno mismo explícitamente es difícil. Siempre lo ha sido… por lo menos para mí. Cuando una conversación se centra en mi persona es el momento de cambiar de conversación. Es complicado. Cuando hablo con alguien de sus cosas, de sus problemas, de sus alegrías; procuro empatizar con esa persona, y la mejor forma es compararla conmigo mismo. Y para darle a entender que es así le cuento mi propia experiencia, si la hay; mis sentimientos y mis decisiones entonces… hasta ahí, todo normal. La cosa es que cuando lo cuento no lo hago siendo yo el protagonista… procuro variar nombres y/o lugares para no dar señales de que soy yo. No sé por qué lo hago, sinceramente… simplemente lo hago. Si son cosas banales no me importa ser yo el protagonista… una borrachera, una aventura… da igual. Pero cuando son cosas en las que están implicados algunos sentimientos… no me gusta ser protagonista. Es así. Hay gente que me pilla y hay gente que lo sabe, no me importa. Ellos me lo comentan o no. Si me lo comentan lo admito y si no, no pasa nada. Soy extraño, sí.
No me importa que hablen de mí… me es indiferente. Da igual si es bueno o malo, lo importante es que hablen de uno, que dijo alguien. No estoy de acuerdo. Si tienen que hablar de mi, si son más felices, que lo hagan. Preferiría que no, pero me da igual. Lo que me mosquea algo más es que te lo vengan diciendo. Me parece muy bien que hables de mí, bien, mal o regular, como quieras; pero ya que lo has hecho, no me lo cuentes, por favor… quédate con los comentarios y ya. Parece que quieren presumir… encima.
Luego están los típicos que te venden… para bien o para mal. Te pueden vender bien y buscarte pareja… aunque casi mejor no… puede que acabes vendiéndote tal y como eres y hagas quedar mal a quien te había vendido bien.
A veces me sorprendo sonriéndole a la pantalla… o al espejo… que le jodan al espejo, me sobra con la imagen que tengo de mi… hago cosas muy raras… como rechazar a mujeres sin motivo aparente… como exigir compromiso en la palabra dada…
En lo intranscendente soy vago, perezoso, aburrido, sota… amigo de mis amigos, imbécil, mono, sincero, perspicaz, cabrón, inocente, incoherente a veces, difícil, charlatán si sacan buen tema de conversación… es lo que hay, lo que ves es lo que soy, no soy más que lo que en su día viste…
De todas maneras no tengo una opinión formada sobre mí… todo es de oídas. De lo que dice uno y otro… tantas cosas.
“Soy tímido y he asumido tantos comentarios sobre mi que ya no veo nada nítido”
Javat y Kamel, RdeRumba
Uno no puede tener una opinión objetiva de sí mismo… es imposible. Siempre se es subjetivo y partidista. Hay quien logra asumir sus defectos y virtudes y convivir. Hay quien se niega a aceptar sus defectos y vive por fuera… mientas muere por dentro. Y hay a quien le da lo mismo si tiene vicios o virtudes… por ejemplo. Todo se basa en la opinión que tengan de ti. Si fuera cierto diría que me es indiferente lo que opinen de mí… aunque en parte es cierto. Evidentemente me afecta lo que piense mi familia de mí, relativamente… no quiero fallarles. Algo menos mis amigos… tampoco me gustaría fallarles. Son cosas.
Alguien me tendrá rencor, alguien en su recuerdo, alguien no me ha olvidado, alguien no me recuerda… interacciones personales varias.
Voy a acabar la entrada con una conclusión: he conseguido hacer una entrada sobre mí, sin tener que hablar demasiado de mí… increíble, ble, ble…
“Ya lo ves no sirvo para odiar
no me canso de esperar, un poco más”
Contigo sin ti, Saratoga.
lunes, 22 de enero de 2007
lunes, 15 de enero de 2007
Salamanca-Madrid-Badalona-Vilviestre-Salamanca
“No fue buena idea venir hasta aquí, no te iba a olvidar por venir a Madrid”
Madrid, La Fuga
Madrid… ese caos. Madrid… recuerdos. Madrid… futuras visitas. Han estado bien las dos que he hecho (una de fiesta y otra a trabajar) así que normal volver… pero no en coche… y menos sin un guía competente.
“Me perdí en las calles más estrechas de tu gran ciudad,esas que huelen a sexo.”
Ola de frío, El Último Ke Zierre.
Y luego Badalona. Esa ciudad… ese antro. No ha cambiado lo más mínimo. Bueno, si lo ha hecho, pero a peor. Vandalona, que rezaba una pintada. Bueno, igual no tanto.
Ha sido un viaje reafirmante, como las cremas. He encontrado unas letrajas que me han vuelto a corroborar que llevo mucho tiempo sin cambiar, pensando lo mismo… a veces es necesario que te recuerden quien eres. También se han reafirmado los amigos. Incluso aquellos que no lo eran… reaparecen y te hacen sentir bien. Incluso las amistades de una noche te hacen sentir bien. Eres besable y abrazable, me dijeron. Me hizo mucha gracia... pero me sentí bien. Salir de fiesta con el Sr. Gallego siempre me hace sentir bien… tiene ese extraño don de mantenerme una sonrisa en la cara. Luego está el golfo de mi hermano… caso a parte… un tío que parte el cabrón… sobretodo cuando me dona ropa taaaaaaaan guapa como la que me ha donado.
Un viaje que no me hacía demasiada falta pero que ha venido estupendamente. El siguiente a Vilviestre, en Navidad. Últimamente mis viajes conjugan a la perfección familia y amigos, tengo tiempo para casi todo… como siempre hay tareas pendientes, pero bueno. Es lo que decía, se entiende. Un mensajito, una llamada, un perdona, un lo siento, un ya sabes; y listo. Los amigos te entienden, por eso son amigos.
No he olvidado a nadie… o casi. El pasado está ahí. Es un pasado relativamente reciente. Pero prefiero el presente. El mañana nunca existe y el pasado es absurdo. Lo hecho, hecho está. Sin sentido, siento más. Es cierto que hay veces en las que el pasado brota en el presente… convirtiéndose en un extraño déjà vu. Entonces todo parece que ya ha pasado. Esos que llaman “fantasmas del pasado” se convierten en un ente del presente. Puede ser una cara. Una sonrisa. Una mirada. Cualquier pequeño acto te puede regresar a tu pasado. Generalmente el pasado es incómodo. Si no fuera así, seguiría siendo presente. Cuando me encuentro con alguien en Badalona no regreso al pasado, me siento en el presente. El pasado suele ser algo que quieres olvidar. No me refiero a la ley de memoria histórica y esas mandangas. Cuando sitúas algo en el pasado es que no quieres que forme parte de tu presente. La misma palabra lo dice: pasado. A veces el pasado se empeña una y otra vez en ser presente. En cobrar protagonismo. Insistente y tenaz. No logras darle esquinazo. Siempre está en el sitio menos esperado. Aparece de repente y te mira a los ojos. No tienes tiempo de apartar la mirada. Entonces… basta con ignorarlo. Hacer como si no estuviera. La estupefacción atenazará al pasado y sufrirá un breve shock, que aprovecharemos para escapar. Es una táctica infalible… de momento. Hay pasados muy pesados. Cansinos, incluso.
“por eso tengo todo lo que quiero menos lo que necesito”
Asómate, Violadores del Verso.
Vilviestre es… es lo mejor que me ha pasado, seguro. Es… no sé. Es especial. Ya sea verano (el súmmum), Navidad o semana santa. No hay prejuicios, hay amistad a raudales, alcohol, drogas, mujeres… lo tiene todo! A parte de tiempo y vacaciones, que básicamente es lo fundamental. En vacaciones la gente se relaja. Hay menos incidentes. La gente está más tranquila, y Vilvi no es diferente. Y después de tanto tiempo yendo, sigue siendo diferente. Siempre hay algo que hacer, aunque sea nada. World apart. No tengo nada más que añadir.
Madrid, La Fuga
Madrid… ese caos. Madrid… recuerdos. Madrid… futuras visitas. Han estado bien las dos que he hecho (una de fiesta y otra a trabajar) así que normal volver… pero no en coche… y menos sin un guía competente.
“Me perdí en las calles más estrechas de tu gran ciudad,esas que huelen a sexo.”
Ola de frío, El Último Ke Zierre.
Y luego Badalona. Esa ciudad… ese antro. No ha cambiado lo más mínimo. Bueno, si lo ha hecho, pero a peor. Vandalona, que rezaba una pintada. Bueno, igual no tanto.
Ha sido un viaje reafirmante, como las cremas. He encontrado unas letrajas que me han vuelto a corroborar que llevo mucho tiempo sin cambiar, pensando lo mismo… a veces es necesario que te recuerden quien eres. También se han reafirmado los amigos. Incluso aquellos que no lo eran… reaparecen y te hacen sentir bien. Incluso las amistades de una noche te hacen sentir bien. Eres besable y abrazable, me dijeron. Me hizo mucha gracia... pero me sentí bien. Salir de fiesta con el Sr. Gallego siempre me hace sentir bien… tiene ese extraño don de mantenerme una sonrisa en la cara. Luego está el golfo de mi hermano… caso a parte… un tío que parte el cabrón… sobretodo cuando me dona ropa taaaaaaaan guapa como la que me ha donado.
Un viaje que no me hacía demasiada falta pero que ha venido estupendamente. El siguiente a Vilviestre, en Navidad. Últimamente mis viajes conjugan a la perfección familia y amigos, tengo tiempo para casi todo… como siempre hay tareas pendientes, pero bueno. Es lo que decía, se entiende. Un mensajito, una llamada, un perdona, un lo siento, un ya sabes; y listo. Los amigos te entienden, por eso son amigos.
No he olvidado a nadie… o casi. El pasado está ahí. Es un pasado relativamente reciente. Pero prefiero el presente. El mañana nunca existe y el pasado es absurdo. Lo hecho, hecho está. Sin sentido, siento más. Es cierto que hay veces en las que el pasado brota en el presente… convirtiéndose en un extraño déjà vu. Entonces todo parece que ya ha pasado. Esos que llaman “fantasmas del pasado” se convierten en un ente del presente. Puede ser una cara. Una sonrisa. Una mirada. Cualquier pequeño acto te puede regresar a tu pasado. Generalmente el pasado es incómodo. Si no fuera así, seguiría siendo presente. Cuando me encuentro con alguien en Badalona no regreso al pasado, me siento en el presente. El pasado suele ser algo que quieres olvidar. No me refiero a la ley de memoria histórica y esas mandangas. Cuando sitúas algo en el pasado es que no quieres que forme parte de tu presente. La misma palabra lo dice: pasado. A veces el pasado se empeña una y otra vez en ser presente. En cobrar protagonismo. Insistente y tenaz. No logras darle esquinazo. Siempre está en el sitio menos esperado. Aparece de repente y te mira a los ojos. No tienes tiempo de apartar la mirada. Entonces… basta con ignorarlo. Hacer como si no estuviera. La estupefacción atenazará al pasado y sufrirá un breve shock, que aprovecharemos para escapar. Es una táctica infalible… de momento. Hay pasados muy pesados. Cansinos, incluso.
“por eso tengo todo lo que quiero menos lo que necesito”
Asómate, Violadores del Verso.
Vilviestre es… es lo mejor que me ha pasado, seguro. Es… no sé. Es especial. Ya sea verano (el súmmum), Navidad o semana santa. No hay prejuicios, hay amistad a raudales, alcohol, drogas, mujeres… lo tiene todo! A parte de tiempo y vacaciones, que básicamente es lo fundamental. En vacaciones la gente se relaja. Hay menos incidentes. La gente está más tranquila, y Vilvi no es diferente. Y después de tanto tiempo yendo, sigue siendo diferente. Siempre hay algo que hacer, aunque sea nada. World apart. No tengo nada más que añadir.
lunes, 8 de enero de 2007
Uno más, uno más, más! (esperado resumen)
No tenía pensado hacer ningún tipo de resumen del año pero… me puede la presión, y que me presionen dos personas para que lo haga es demasiada presión.
La advertencia no era en vano, tardaré días y días en hacer un resumen… os aconsejo no tener demasiada prisa. El que avisa no es traidor… es avisador.
El otro día andábamos recordando cosas del año… no demasiadas. Vacaciones sobretodo. Alguno había que no tenía nada que destacar… alguna fiesta. Vilviestre es siempre algo a destacar. Alguna fiesta gorda…
Hicimos mes a mes… pero no había mucho. Enero, frío, cinco entradas contando el resumen del año, día dos. Febrero, menos frío, cuatro. Marzo, ninguna. Abril, tres… mayo, veinticinco, seis. Junio, tres. Julio, dos… agosto, Vilviestre, Ana, una. Septiembre, cuatro; octubre, dos; noviembre, cuatro… diciembre, frío, puente en Badalona, Navidad en Vilviestre, nochevieja, dos… dosmilsiete. Se fue otro año. Casi más a recordar de diciembre que del resto del año… también es normal, es más reciente… todos conocemos a mi memoria.
Dos mil siete es mi año, dicen algunos. Tuyo, mío, nuestro, suyo… no creo que sea diferente al resto. En algún aspecto puede ser decisivo… pero no demasiado. Si hay que decidir algo se decidirá, pero no necesariamente en un año… puede ser ya mismo, en un mes… o en dos… Puede ser un buen año, dicen otros. Claro, pero también puede ser malo… no soy pesimista, si no realista… ya veremos.
Mi memoria es absolutamente volátil para lo banal… creo. El caso es que recuerdo con nitidez montones de cosas… a veces útiles, pero casi siempre no. Recuerdo perfectamente las fiestas de Vilviestre en verano… perfectamente exceptuando las lagunas habituales… el alcohol es lo que tiene. Recuerdo vagamente las fiestas de Aldea… algo más las de Torres… el alcohol es lo que tiene. En cambio, lo malo del año lo tengo grabado a fuego en la memoria. Cada palabra, cada gesto… no es que sea demasiado, afortunadamente. Por lo de la balanza, (unos bien y otros mal). Si nada malo haces… nada malo te hacen. No es cierto, pero bueno, podría llegar a serlo.
Año nuevo, mismo pasado. Extrañamente acabando el seis y empezando el siete, el pasado ha vuelto a la vida… quizá es hora de continuar la historia de Devon.
Un año echando de menos algo que no tengo. Un año echando de más algo que no me sobra. Un año recordando un pasado nada agradable a primera vista. Un año olvidando cosas inútiles. Un año intentando recordar… cualquier cosa. Un año redondo… en ningún aspecto… o en todos. Un merecido año. Un trabajado año. Un año, sin más.
Quizás ayer fui un borde por deporte y hoy lo recordé…
Un año lleno de pasado. Un año que ya ha pasado. El pasado, pasado está… aunque se empeñe una y otra vez en ser presente… ansioso de protagonismo, narcisista y egoísta.
Para el año próximo… veintiséis y mucha fe.
“Yo tengo fe, ¿tú tienes fe?
te diré lo que sé
nada que hacer sin tener fe
Yo tengo fe, ¿tú tienes fe?
te diré lo que sé
se lo creen pero no tienen fe
Yo tengo fe, ¿tú tienes fe?
te diré lo que sé
reclaman su fe, perdieron su fe
Yo tengo fe, ¿tú tienes fe?
te diré lo que sé
(yo no perdí la fe)”
Fe, Violadores del Verso
P.D.: Bueno, ya está, ya tenéis el resumen. A mis dos grandes y prácticamente únicas comentaristas… es para y por vosotras.
La advertencia no era en vano, tardaré días y días en hacer un resumen… os aconsejo no tener demasiada prisa. El que avisa no es traidor… es avisador.
El otro día andábamos recordando cosas del año… no demasiadas. Vacaciones sobretodo. Alguno había que no tenía nada que destacar… alguna fiesta. Vilviestre es siempre algo a destacar. Alguna fiesta gorda…
Hicimos mes a mes… pero no había mucho. Enero, frío, cinco entradas contando el resumen del año, día dos. Febrero, menos frío, cuatro. Marzo, ninguna. Abril, tres… mayo, veinticinco, seis. Junio, tres. Julio, dos… agosto, Vilviestre, Ana, una. Septiembre, cuatro; octubre, dos; noviembre, cuatro… diciembre, frío, puente en Badalona, Navidad en Vilviestre, nochevieja, dos… dosmilsiete. Se fue otro año. Casi más a recordar de diciembre que del resto del año… también es normal, es más reciente… todos conocemos a mi memoria.
Dos mil siete es mi año, dicen algunos. Tuyo, mío, nuestro, suyo… no creo que sea diferente al resto. En algún aspecto puede ser decisivo… pero no demasiado. Si hay que decidir algo se decidirá, pero no necesariamente en un año… puede ser ya mismo, en un mes… o en dos… Puede ser un buen año, dicen otros. Claro, pero también puede ser malo… no soy pesimista, si no realista… ya veremos.
Mi memoria es absolutamente volátil para lo banal… creo. El caso es que recuerdo con nitidez montones de cosas… a veces útiles, pero casi siempre no. Recuerdo perfectamente las fiestas de Vilviestre en verano… perfectamente exceptuando las lagunas habituales… el alcohol es lo que tiene. Recuerdo vagamente las fiestas de Aldea… algo más las de Torres… el alcohol es lo que tiene. En cambio, lo malo del año lo tengo grabado a fuego en la memoria. Cada palabra, cada gesto… no es que sea demasiado, afortunadamente. Por lo de la balanza, (unos bien y otros mal). Si nada malo haces… nada malo te hacen. No es cierto, pero bueno, podría llegar a serlo.
Año nuevo, mismo pasado. Extrañamente acabando el seis y empezando el siete, el pasado ha vuelto a la vida… quizá es hora de continuar la historia de Devon.
Un año echando de menos algo que no tengo. Un año echando de más algo que no me sobra. Un año recordando un pasado nada agradable a primera vista. Un año olvidando cosas inútiles. Un año intentando recordar… cualquier cosa. Un año redondo… en ningún aspecto… o en todos. Un merecido año. Un trabajado año. Un año, sin más.
Quizás ayer fui un borde por deporte y hoy lo recordé…
Un año lleno de pasado. Un año que ya ha pasado. El pasado, pasado está… aunque se empeñe una y otra vez en ser presente… ansioso de protagonismo, narcisista y egoísta.
Para el año próximo… veintiséis y mucha fe.
“Yo tengo fe, ¿tú tienes fe?
te diré lo que sé
nada que hacer sin tener fe
Yo tengo fe, ¿tú tienes fe?
te diré lo que sé
se lo creen pero no tienen fe
Yo tengo fe, ¿tú tienes fe?
te diré lo que sé
reclaman su fe, perdieron su fe
Yo tengo fe, ¿tú tienes fe?
te diré lo que sé
(yo no perdí la fe)”
Fe, Violadores del Verso
P.D.: Bueno, ya está, ya tenéis el resumen. A mis dos grandes y prácticamente únicas comentaristas… es para y por vosotras.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)