miércoles, 18 de abril de 2007

Entrada Encadenada (Mezclando)

Me han mentido. Alguien, me ha mentido ¡A mi! Que mi máxima es: “si no quieres contarme algo, no me lo cuentes, pero no me mientas”. Pues alguien me ha contado una mentira. Y haya sido quien haya sido, me importa. Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque. Bertolt Brecht. Y me importa porque ha sido de mi entorno. Me importa porque no quiero pensar que no se puede confiar en nadie. Me importa porque es una tontería, algo sin importancia alguna. Banal. Soez. Burdo. No tiene importancia… y me importa. No sé por qué. Bueno, igual a la persona que miente si le importa, pero desde luego a mí me parece de lo más tonto. Es una información sin la cual podría seguir vivo tranquilamente, y durmiendo a pierna suelta. No es algo que sea nuevo, ni voy a descubrir la pólvora, y lo he dicho mil veces, pero… no sé qué lleva a alguien a mentir. Se me escapa. En serio. Me mata. Y el grandísimo Friedrich ha dado, una vez más, en el clavo. Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti. Friedrich Nietzsche. Es por eso que me importa. Porque me asaltan las dudas. De ahora en adelante no hay problema: difícilmente vuelva a creerte. Pero, ¿y antes? Estoy seguro de que no es la primera vez que me mientes, así que… ¿qué otras cosas no son verdad? Eso es lo que me mata. Eso es lo que me reconcome por dentro. Lo que me pudre. Lo que hace que no pueda mirarte a los ojos. De todas maneras, me falta saber quién es. De momento conjeturo, pero es una acusación demasiado grave. Hay que andar con pies de plomo.
Más de lo mismo, pero en otro aspecto. Además de todo… es una falta de respeto. Nunca le he negado a nadie nada… si me lo pide. Me molesta que no se me haya informado. Al fin y al cabo… es mi cama. Y para empezar, la han deteriorado. No me importa que la hayan mancillado, si no que me la hayan jodido… y siguen sin informarme al respecto. He tenido que indagar, investigar, hacer pesquisas y suposiciones. Y no me gusta.
Nada es lo mismo. Deformar la realidad y mentir. Ocultar la realidad. Te quiero no es lo mismo que te quiero. Aquí no es lo mismo que allí. Vivir no es lo mismo que habitar. Si la vida parecía una flor, ahora la siento como madrugada.
En otro orden de cosas, es agradable cuando por fin alguien hace el esfuerzo y te dice la verdad. Lo que piensa. Por qué lo piensa. Y te deja las cosas claras, aunque sea un tópico tan grande como el “somos amigos, no lo concibo de otra manera” y cosas de esas, es gratificante aclararlo. Es una negativa que consuela. Es como decirte que te tienes que conformar con eso, con ser amigos. Que no digo que sea poco, ojo, es mucho más de lo que a veces se espera. Pero siempre queda ese pequeño haz de… no sé como decirlo. De decepción... o de esperanza. No sé. Una vez más, no sé explicarme. Mi cerebro concibe ideas que no soy capaz de plasmar en un papel. O en una pantalla, pal caso, patatas. Yo me conformo… no me queda otra, entre comillas. Me queda seguir ahí. Me queda soñar, es gratis. Me queda ser lo mejor que pueda ser, aunque piense que podría ser lo mejor en todo caso. Me queda ser el consuelo de estar ahí, de otro modo, pero estar. Siempre he pensado que la típica línea que separa lo posible de lo imposible es totalmente subjetiva. Mi imposible no tiene por qué ser tu imposible. Para mí, imposible eres tú. Y, desde luego, para ti, yo no soy imposible. Más bien todo lo contrario. Así que, visto lo visto, seguiré como hasta ahora: estando. Sin más. Sin sobresalir. Sin pedir mi parte de gloria. Sin destacar. Sin intentar. A la larga vale más ser simpático que ser guapo. Sara. A la larga vale más ser amigo que ser pareja. Y, una vez más, amistad es un término subjetivo y confuso. Como lo del bien y el mal. Cada uno tiene su propio concepto, o debería, lejos, algunos, de los preceptos sociales.
Me conformo. Aprendo. Y luego estás tu. Un viejo descubrimiento con nuevas sensaciones. Y aún conservo tu olor, Aún conservo tu olor, Lo conservo entre mis dedos. Sin complicaciones, fácil y sencillo, casi sin querer, sin prisas y sin reproches. Porque huelo a ti, porque te ríes de mi, porque sonrió por cualquier cosa cuando estoy contigo.
Voy aprendiendo, no pasa nada, la vida es larga, y yo no guardo rencor, pero tengo memoria, aunque sé que nunca aprenderé a perdonar si me lo hiciste una vez, bien, yo ya te lo haré. Pero aún así… soy capaz de divertirme con el pasado y el dolor. Y ya nada es como antes, no es ni mejor ni peor, seguramente sólo es diferente. Me ha llevado tiempo acostumbrarme y ceder, pero al final lo he conseguido. Que te hable, que acepte a ser tu comparsa y que te haga reír otra vez no significa nada nuevo… pero si diferente. Casi sin querer he ampliado la frontera. Va en mi naturaleza. Intento cerrar la puerta, pero siempre queda una ventana abierta. Supongo que es por airear la casa y que no se envicie el ambiente con el hedor del rencor. Es un avance importante, pero muy probablemente no haya ninguno más. Es suficiente… de momento. Estoy seguro de que llegaste a tiempo, si hubieras llegado un día más tarde todo seguiría igual. Pero justo ese día… todo encajaba, hasta la distancia. Incluso la falta. Y las piezas encajaron poco a poco. Pero todo es gracias a ti, que me enseñas, me dopas, me alteras… a mejor. Y contigo no echo de menos el mal, ni lo necesito. Y eres la parte fundamental del puzzle, en el que, a veces, encajan demasiadas piezas y parece no tener final. Fíjate si me cambias, que he aprendido más de mí en dos días que en muchos años. Necesitarias una entrada entera... que igual te regale, por qué no...


Siento que mis lectoras se van a perder un poco en esta entrada. No os preocupéis, es normal. Lo entiendo. Mezclo gente sin avisar, sin dar datos ni nombres. Pero también sé que, de un modo y otro, lo vais a entender.
¡Oh no! He acabado la entrada y no tengo canción que poner… esto retrasará la publicación, es un hecho.


“Vengo andando rápido
y con una idea dentro
protegiendo la razón
haciendo caso a un sentimiento
escuchando el corazón
saboreando este momento”
Andaluz de nacimiento, Hora Zulu
Creative Commons License
Esta obra está publicada bajo una licencia Creative Commons.