sábado, 16 de agosto de 2008

Medio año pa escribir cuarenta segundicos, creo

Y es que el exceso de trabajo no suple la falta de talento, que dice el Robe, pero la total ausencia de trabajo no ayuda nada al talento. Me abandono. Me encuentro. Me pierdo. Dejo de leer. Me entretengo en algo más banal, más mediocre. Eso y que… ya lo dijo el Urquijo que se murió: necesito estar triste para componer. Y es que la felicidad no conduce a ninguna parte. Qué sentido tiene ser feliz. Menos mal que la vida no para de darnos motivos para la tristeza. Empezando porque siempre hay infelices sufriendo lo que te tocaba a ti. Es como lo de que a cada hombre le tocan, por estadística, siete mujeres… anda que no hay tipos con catorce… o vaya usted a saber. El hambre, las guerras, las enfermedades, los desastres naturales. Muerte y destrucción por doquier. Creo que debe ser condición del ser humano. Descubrir. Conquistar. Arrasar. Cuántos idealistas. Todos muertos. Al final el mal, el capital o la muerte, siempre acaba ganando. Y una cosa lleva a la otra… hasta que te mueres. Sin dejar nada a tu paso. Sin haber mejorado nada. Prácticamente como si no hubieras estado nunca. Resulta que hay tantísima gente prescindible… y olvidable. Al final todo se olvida. Sólo se acuerdan de algunos pioneros… y porque conviene. Seguro que le interesa a alguien que Platón sea Platón o Picasso, Picasso. Las cosas funcionan así. Todo lo que se hace en este mundo tiene varias caras. Absolutamente todo. Nadie da nada gratis. Es imposible. Tiene que haber un beneficio a las partes. Por definición. No existe el altruismo (Del fr. Altruisme). Seguro que es una palabra inventada. Al final estamos de pasada y nada más. La vida es efímera. No merece la pena coleccionar posesiones materiales. Sólo experiencias. Momentos. Recuerdos. Personas. Bueno, personas… casi no. Me pregunto si en los seis mil millones de almas hay alguna absolutamente pura. Quién no se ha vendido. Quién no ha mentido. Quién no ha faltado a su palabra. Quién no ha ensuciado su karma. Intenta recordar. Seguro que heriste a alguien alguna vez. A lo mejor, a propósito. Algo dentro de ti lo sabe. Aquello no fue del todo sin querer. Las cosas pasan por algún motivo. No existen las casualidades. Cada acción elimina todas las posibilidades. No hay vuelta a tras para casi nada. Seguro que has mentido. Es imposible no mentir. El ser humano tiene una extraña predisposición para mentir. Algunos, para rebajar su significado, le ponen la coletilla “piadosas”. Pero una mentira es una mentira, con o sin coletilla. Toda mentira es una bola de nieve inmensa en potencia, por pequeña que sea. ¿No te ha atormentado nunca una mentira? ¿No has sentido como tragabas la verdad garganta abajo? Has titubeado. Has temblado. Has desviado la mirada. Has parpadeado excesivamente. Has sudado. Te has mordido el labio. Te has rascado compulsivamente. Te has tocado el pelo. Te has frotado las manos. Has buscado algo que no tenías en el bolsillo. Has fingido una cita ineludible. Has mentido. Al fin y al cabo, eres humano.

“Se me debe exigir que busque la verdad, pero no que la encuentre.” Denis Diderot

“La verdad nunca daña una causa que es justa.” Mahatma Gandhi

“Hay millones de facetas de la verdad, pero una sola verdad.” Hermann Hesse



Meses y meses sin una idea… vueltas y más vueltas a cuatro frases mal atadas. Y de repente… te tiras un pedo y sale todo esto. Un tema recurrente tratado sin ningún tipo de orden ni concierto… no espero que lo entendáis todo… si ni siquiera yo puedo. Mi cerebro es un jodido caos.

lunes, 11 de agosto de 2008

Fumo para mantener a raya a mi conciencia.

Hay algo aquí dentro (dedo en sien) que no funciona. Ya no es que no lo entienda, es que no va bien. Pienso cosas que no entiendo. Hago cosas que no entiendo. Digo cosas que no entiendo. Es como si mi cerebro funcionara a parte de mi conciencia (o cómo queráis llamarlo). Me quedo mirando al vacío, pensando en nada, continuamente. Tal parece que se ponga en stand by mi cerebro. Ya nada me preocupa. O eso quiero creer. Ya no tengo anhelos ¿Es, acaso, que lo tengo todo? Entonces, ¿qué es esta sensación de que falta algo? De búsqueda. De espera… de algo que no llega. Siempre con la sensación de que falta algo, siempre con la ansiedad de no saber qué es. A lo mejor es que necesito una preocupación. Pero, ¿cómo preocuparse de algo cuando no hay nada por lo que preocuparse? ¿Debo disfrutar el no tener preocupaciones? Eso sin duda. Cada día está hecho para ver el lado positivo de las cosas. No aspiro a más.

Lo único que sé con certeza es que no quiero responsabilizarme de nada. No quiero tener que encontrar respuestas a un montón de preguntas complicadas que, en realidad, no me importan. Sara.

Nunca he sido muy avispado, y mucho menos si hablamos de relaciones personales. Nunca he sabido “tirar los tejos” y nunca me he dado cuenta si me los han tirado. Que yo sepa o me hayan contado, tres veces. A ojo. Una fue bastante directa, tipo me gustas. Sin lugar a dudas. La otra acabó parecido… pero yo ya me había percatado… al cabo de bastantes años. Soy un poco lento, que le vamos a hacer. Y de la última… no me acuerdo. Recuerdo un juego de cartas… cerveza… porros… canciones… porros… cerveza… chistes… porros… calimocho… (falta escena)… sueños raros… las siete menos cuarto… en pie… resaca. Una conversación agradable, un guiño, una broma, un gesto, ingenuidad… resulta que todo eso, con algún añadido físico, es flirtear. Resulta extraño… y difícil… tengo que dejar el mal. Tampoco le encuentro el sentido a serle infiel a tu pareja... no cabe. Me parece una absoluta falta de respeto. Y, sin embargo, hay gente que lo hace y le parece lo más normal del mundo... no entiendo, de verdad.

“Consolando a una chica de 19 años me siento igual que un enfermo de Parkinson jugando a ser cirujano con una llave inglesa” Hartigan (Bruce Willis), Sin City

Y ya estamos otra vez. El mal, el mal y otra vez el mal. No sé que hacer con él. Ni conmigo. La vida pasa sin hacer demasiado ruido. Apuras los días libres como si te fuera la vida en ello. El resto, simplemente transcurren. Las pequeñas alegrías te dan todo lo que necesitas. Nada nubla tu juicio. No tienes de qué preocuparte. El futuro está demasiado lejos como para ir a por él. Siempre hay un hoy dispuesto a retarte, a tentarte, a desafiarte. Siempre aceptas el duelo. Parece que ganas. Pero siempre hay un hoy dispuesto a desafiarte… deja que llegue la primavera, y así me paso la vida entera.

“A veces la verdad no importa como debiera... pero siempre debes decirla...” Hartigan (Bruce Willis), Sin City

* Para algunos vivir es galopar
un camino empedrado de horas,
minutos y segundos.
Yo más humilde soy
y sólo quiero que la ola que surge
del último suspiro de un segundo,
me transporte mecido
hasta el siguiente. *

* Extraído del libro de poemas "La mala gana" de Santos Isidro Seseña. (Yo de Salir, de Extremoduro)
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