martes, 28 de diciembre de 2010

Ya no me rayo, fluyo, influyo, No me creo mejor que nadie pero aquí nadie es mejor yo

A lo mejor es mi eterna negatividad. Always look on the bright side of life... que decían los Monty Python. Pero tengo la sensación de que decepciono constantemente… lo último ha sido decepcionarme a mi mismo. Puestos a recordar… mi mala memoria hace efecto. No recuerdo casi nada. Sólo lo negativo. Sólo decepciones. Estoy seguro de que lo hago sin querer. Alguien espera algo de mi. Y nunca pasa. Y ya. Rápido y fácil. Me pasa a menudo. Y no sé por qué. Me esfuerzo, prometo que me esfuerzo. Intento ser coherente con mis sentimientos. Intento ser sincero con lo que siento. Digo lo primero que siento. Pero a veces no sé lo que siento. Y no puedo ser sincero… porque no sé lo que digo. Me doy tiempo. Reflexiono. Decido. Siempre hay una decisión. No quiero decidir. No quiero ser, no quiero estar… sólo quiero fluir. Un día me hice una promesa: no implicarme. Nunca había faltado a una promesa. Nunca. Se dice pronto. Y me he fallado. Y me he metido tan adentro que ya no puedo salir. Ya forma parte de mi. Y, a veces, me odio por ello. Porque no sé qué siento. Porque no puedo ser sincero. Porque me come por dentro… lo que entra, jamás sale… o sale muerto. Porque odio hacer daño a los que me rodean… prefiero morir. A mi me llaman buen pibe, que viendo los demás felices bien vive. En serio. No me importo. Me doy igual. Estoy seguro de que todo se me pasa. De que estoy vacío y muerto por dentro. De que no sufro más de un tiempo límite. Pero hacer sufrir a los demás… duele… me duele infinito. No sé por qué soy así, ni si es bueno o es malo, o si estoy de psiquiatra o de psicólogo… sólo sé que es así. Soy incapaz de ver sufrir a mis amigos, a mi familia o a mi pareja… hago su dolor mío, lo interiorizo… sufro más que ellos. Me duele ser así, pero no puedo evitarlo. Me gustaría ser de otra manera. De mil maneras. De saber expresarme. De saber verme por dentro. De ser valiente. De ser… algo que no soy. De ser algo. No, yo no sé lo que quiero ser, Hay un agujero en mi bolsillo que ni me apetece coser.
Me entrego. Me regalo. Me dedico. Nunca es suficiente. Siempre más. Siempre mucho más. Me canso hasta de mi mismo. Me canso de dar. Me canso de recibir. Sólo me alegra la alegría ajena. Soy capaz de ser feliz solo… lo he sido. Sólo soy un espejo, doy lo que recibo. Y me lo guardo… pero lo bueno dura tan poco… y lo malo se hace eterno… y me mata. A lo mejor mañana se me pasa, pero hoy muero. Tengo ansias por tener recuerdos con fecha de caducidad. Los tengo. Mi cerebro le pone fecha de caducidad para ayer. ¡Puff! Desaparecen. Entonces… ¿por qué se me hace nudo en el estómago? ¿por qué no puedo tomar una decisión tan sencilla (si o no)? ¿por qué no tengo nada claro? ¿por qué necesito? ¿por qué me duele? ¿por qué lloro? Porque estoy muerto por dentro, porque no siento, porque sólo empatizo… si no estoy con nadie, no siento nada; así de fácil. Muerto en vida.

“Oh dios
Me estoy matando, bebiendo y fumando,
engañando al tiempo, para soñar despierto
y morir soñando
apenas veo el cielo con el humo de las fábricas,
ni oigo a mi conciencia con el ruido de las máquinas,
pero sé lo que hay bajo esas gafas de sol en diciembre,
problemas o una mujer que no se defiende
todavía no ha amanecido ni nada parecido,
pero un ángel aguarda en la parada del bus para traer algo a su nido
puedo creerme Dios si escribo un nuevo verso,
pero dime quién soy yo en proporción al universo,
así descendí de la nube en la que vivía
y aprendí que para mí la rutina no es monotonía”
Donde duele inspira / 36500 días, Flowklorikos


¿Por qué es todo tan difícil? ¿Por qué no puedo sólo fluir? ¿Por qué la vida se empeña en impedírmelo? Luego dicen que no pienso en mi… si pensara en mi… si pensara en mi a lo mejor me había pegado un tiro hace tiempo. O a lo mejor había roto con todo… otra vez. O a lo mejor no tendría amigos, ni pareja, ni familia. Y entonces si que estaría muerto. Cuando no tengo paz, amor, felicidad ni dinero, no sé por qué lloro si en el fondo es lo que quiero.


"Para el hombre que conoce al mundo nada hay bueno."
Fausto, Goethe

miércoles, 13 de octubre de 2010

Para ser feliz sólo hay que olvidar el pasado (Parte Cuatro)

Estamos en la habitación de un hotel. Una habitación espectacular de un hotel muy elegante y, por supuesto, caro. Hay alguien vistiéndose al otro lado de la habitación. Es ella. Habla por teléfono. Todo listo… Será fácil… Yo también, presidente… Nos vemos en cinco minutos. Si es un sueño, es muy real. Me duele la cabeza. Tengo la boca seca. Sigo durmiendo. Un ruido, despierto y me golpean. Nada tiene sentido. ¿Por qué me detienen? ¿Quién es esta gente? ¡¿Ese es mi abogado?!
La cárcel no es un sitio tan malo… si te adaptas… y no lloras. Pasaba muchas horas en mi celda, pensando, intentando entender algo, atando cabos… y un día, de repente, todo empezó a encajar, a tener sentido, a ser lineal. Prosperar en mi empresa, ser el mejor, la “reunión”, incluso la lluvia. Mi casa, sexo… amor. Las guerras, la situación social y económica y un presidente predispuesto. Móvil, detención, cárcel. Magnicidio, armagedón… muerte. Toda una gran conspiración… todos conchabados. Ella, Marino, mi empresa, mis amigos. De saberme el mejor había pasado a ser una marioneta en manos de un dios que quería destruir el mundo… para hacerse rico.
Cuando salgo de la cárcel no sé qué hacer, ni dónde ir. No tengo dinero, ni un techo para protegerme de esta lluvia incesante… será fácil. Una habitación, en un viejo edificio, con una portera vieja, será como en casa. Intento poner en orden las ideas, las opciones… empiezo a crear un plan: Un Gran Plan. Todo tiene que ser perfecto. Me entrego en cuerpo y alma. Hago ejercicio. Como bien. Duermo lo justo. Vuelvo a sentirme vivo y libre. Tan poco tiempo y tanto que hacer. Los músculos tienen memoria, rápidamente me vuelvo a saber perfecto; a demostrarlo, a no dudar… a no tener escrúpulos. Los viejos tiempos, los malos tiempos, los tiempos del todo o nada. ¡Están de vuelta!*.
Para alguien como yo, no parecía suponer una dificultad cometer un asesinato. Fue más difícil juntar las piezas que pegarle fuego al puzzle. Lo planee todo a la perfección, cumplí las fases puntualmente, predije el comportamiento de los elementos y lo usé en mi beneficio… y no fallé. Le di entre ceja y ceja. Ejecuté la huida siendo invisible. Me borré del mapa. Fueron momentos de convulsión social. La falsa seguridad se desmoronó, se empezaron a sopesar las consecuencias de años de actos criminales encubiertos. Se destapó todo. Las bombas que había vendido a países non-gratos. Tratos con dictadores. La gente se cansó, de un día para otro la anarquía gobernaba el país. El caos disparó las cosas en el extranjero… habíamos hecho muchos enemigos, y se pusieron todos de acuerdo para usar las armas que fabricamos y les vendimos.
Estamos en un desierto… que fue una ciudad. Todo está borroso. Sólo somos sombras, recuerdos de lo que fuimos. Intento adaptarme a la nueva realidad… borrando todos mis recuerdos. Empiezo de cero. Fundido en negro.


“Hoy de nuevo me despierto
con la misma sensación,
lo siento no recuerdo,
he perdido la razón.
(…)
Dime que es lo que tengo que hacer
para no verme muerto otra vez.
Miente si esto no es cierto, miénteme,
acompaña el deseo, quédate.”
Miénteme, Hamlet



* Marv (Mickey Rourke), Sin City.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Para ser feliz sólo hay que olvidar el pasado (Parte Tres)

Estamos en una oficina. Es una oficina muy grande y blanca. Está rodeada por pequeñas peceras llenas de máquinas y gente con trajes antirradiación. Estoy sentado frente a un tablero con unas cuantas pantallas y muchos botones, palancas, interruptores… estamos creando la muerte. He llegado aquí por enchufe. En una de mis muchas borracheras en los bares de esta maldita ciudad, hice amistad con el director general o algo así. Tan fácil como una borrachera. Curiosamente él no parecía tan borracho. El caso es que empezamos a hablar, a discutir de política, armas, investigación, Rusia y un montón de chorradas más. Me ofreció trabajo inmediatamente… y con un buen sueldo. Yo no me lo pensé dos veces. Y aquí estoy, haciendo más bien poco y cobrando mucho. Después de mucho estudiar he comprendido lo que estamos haciendo y no es tan difícil. Esta mañana he recibido un correo electrónico: el jefe quiere verme dentro de una hora. Seguramente será para quedar a tomar una copa esta noche.

- Hola Pósito, siéntate.

- Gracias, señor.

- Vamos al grano, acabamos y nos tomamos un güisqui, ¿te parece?

- Estupendo, señor.

- Bien. Quiero que vengas mañana a la reunión con los militares. Si todo sale bien dirigirás un nuevo proyecto conjunto.

- ¿El gobierno? Vaya… debe ser algo muy gordo.

- Lo es. Vamos a adelantarnos a Alemania en la creación de una bomba nuclear.

- ¿Cómo? Esa tecnología aún no es aplicable al uso, es altamente inestable.

- ¿Desde cuando tienes escrúpulos? Si los alemanes pueden, nosotros también. Tenemos las investigaciones muy avanzadas y queremos probarlo cuanto antes. La forma más rápida es contar con la aprobación del gobierno y el apoyo de los militares. Quiero que les vendas que podemos hacerlo. Y no te estoy proponiendo nada ni quiero que lo pienses, es una orden. Y es lo mejor para ti, lo sabes. Un cargo importante, un sueldo más que importante… pronto serás un multimillonario. Por más que te lo parezca, nunca podrás imaginarte cómo vivimos… hasta que lo vivas. Cuando uno es asquerosamente multimillonario lo puede tener todo. Una vida tranquila, una ajetreada, una ajetreada pero sin que nadie lo sepa, una doble vida… ¡y hasta una triple! Todo se puede comprar con dinero, y te aseguro dinero como para poder comprarlo todo.

- Es usted altamente convincente señor… y me ha hecho feliz.

- Me alegro… ¿con hielo?


A los militares nos costó más bien poco convencerlos, pareciera que tenían más ganas que nosotros de probarlo… y que saliera bien. Así lo hicimos. Trinity fue la primera, y salió perfectamente. Todo sucedió demasiado deprisa. Lo cierto es que teníamos las investigaciones mucho más avanzadas de lo que parecía… demasiado. Mi vida cambió radicalmente. Me sobraba el dinero. En serio. Es inimaginable. Luego me desentendí. Intenté alejarme. Tenía dinero como para vivir varias vidas a todo trapo… no tenía prisa. Pero la información llega a todas partes. Viví alejado la conmoción social que provocó el uso militar de la bomba en Hiroshima y Nagasaki. Era de esperar. Estaba al margen. Y supe que otros países empezaron a investigar. Y, por supuesto, Estados Unidos vendió cara la información. Así había Hombres Gordos y Niños Pequeños en todo el mundo, pero sobretodo en Estados Unidos y Rusia… dos grandes enemigos. Con una copa del mejor y más caro bourbon del planeta en la mano y el periódico de esta mañana en la mano, me pregunto cuánto tardaremos en reventar este planeta… y si viviré para verlo.

- ¿Qué ha pasado?

- ¡Ah! Por fin despiertas… ha sido un trance muy largo. ¿Qué tal estás?

- Bueno… es… (silencio) horroroso… yo…

- Es difícil. Intenta tranquilizarte.

- ¿Tienes un poco de agua?

- Por supuesto. Y… no te preocupes… lo sé todo… yo…

- Preferiría no hablar de eso… por favor…

- Yo también tengo algo que contarte…



“La distancia hasta llegar se llenaba de oscuridad

La luz que me guiaba se apagó

Y en un triste amanecer inundado por la ilusión

Una voz en el aire nos hundió


Y el mensaje...El mensaje que llevaba era dolor

Y enterraba... Enterraba el alma donde se sintió

Serenarse


Sin lugar a reaccionar abandonó la verdad

Me oculto en un vacío temporal

Me obsesiono en dibujar la madrugada de la ansiedad

Si el tiempo le ayudó a descansar


Un largo viaje sin avisar

Una llamada sin acabar

Una propuesta sin aceptar

Quizás mañana


Cuántos deseos sin realidad

Cuántos proyectos sin empezar

Cuántos momentos que recordar

En mi memoria


Y el mensaje....El mensaje que llevaba era dolor

Y enterraba.... Enterraba el alma donde se sintió

Serenarse, Serenarse


Bajo la inseguridad de tener que continuar

Pensando en qué momento puede ser

Siempre me acompañará esa objeción a la adversidad

Y el hambre de vivir y disfrutar”

Serenarme (en la desolación), Hamlet

sábado, 24 de julio de 2010

Para ser feliz sólo hay que olvidar el pasado (Parte Dos)

Cambiamos la evolución. El ser humano rompió el ciclo natural. No es que cambiáramos la Historia, se cambia cada día. La Historia no es más que un invento de la Humanidad. La sola elección de una persona cambia la Historia de la Humanidad. Desde siempre. El hombre empieza a usar utensilios... bueno, los monos también lo hacen, es un paso evolutivo natural. El hombre inventa la rueda... aquí empezamos a cambiar el curso de la evolución. Ningún otro ser vivo había sido capaz de construir o inventar utensilios.


Y desde ahí, ha sido un no parar. El ser humano tenía un cerebro más evolucionado, otras aptitudes fruto de la genética, iba a ser capaz de todo... de construir un mundo... y, por supuesto, de destruirlo.


Un punto de inflexión fue el extraño deseo irrefrenable del ser humano por matar, aunque alguien lo llamó sobrevivir. Era sobrevivir cuando se mataban animales para alimentarse con su carne, taparse con sus pieles o confeccionar útiles con sus huesos. No es sobrevivir el matar a un congénere. Ningún otro animal mata por el puro hecho de matar. Todo tiene un por qué... menos para el ser humano. ¿Qué lleva a un hombre a matar a otro? ¿Qué llevó a Caín a matar a Abel? La envidia. Un sentimiento exclusivamente humano. Desde ese momento, el ser humano dejó de formar parte del mundo. Ya no era una especie más, era una especie totalmente distinta, era LA ESPECIE. Estábamos destinados a destruir el mundo. Era inevitable. Transcurrieron montones de siglos. El ser humano se dedicaba a destruir fauna y flora; a aniquilar ciudades y civilizaciones, en pos del progreso. Nos inventamos las religiones, el odio, la violencia, el fanatismo, el arte, la política, el deporte, las drogas, la televisión, Internet… lo inventamos todo. El hombre creaba su propio mundo a su imagen y semejanza. Edad media, Renacentismo, edad moderna… todo era nuevo, todo era sorprendente. Y el hombre seguía matando, seguían habiendo guerras: por la religión, por el comercio, por el petróleo… y a algunos aún los llaman bárbaros.

Para mí, el punto de inflexión fue el Proyecto Manhattan. Ahí, en ese preciso instante, comenzamos a destruir el mundo. Mi nombre es Pósito y Ahora me he convertido en La Muerte, Destructora de Mundos *.

Qué llevó a un grupo de hombres (políticos y científicos) a gestar un proyecto en el que darían vida a la mismísima muerte. Adelantarse a Alemania. Simple y llanamente. Ellos la iban a construir, entonces, nosotros lo haremos antes. El Proyecto Manhattan, y en concreto sus dos resultados: Hombre Gordo y Niño Pequeño; eran el génesis de la destrucción del mundo. Que la Unión Soviética y Estados Unidos apretaran el botón rojo, el Apocalipsis. Y de todo he sido el principal creador. He destruido el mundo. Cree el Proyecto Manhattan y propiciamos su venta por todo el globo. El ser humano hizo el resto.


- Despro… yo…

- No hace falta que digas nada.

- ¿Por qué…?

- ¿Despro? ¿Despro?

Otra vez la luz blanca…



“La evolución es un proceso imperfecto y a menudo violento. Una batalla entre lo que existe y lo que todavía tiene que nacer. En medio de estos dolores de parto, la moralidad pierde su significado. La cuestión entre el bien y el mal se reduce a una simple elección: sobrevivir o perecer.” Heroes.






*(Robert Oppenheimer, citando a Bhagavad Gita)

martes, 20 de julio de 2010

Para ser feliz sólo hay que olvidar el pasado (Parte Uno)

Despro se despertó de un salto. Había estado fumando la última pipa de hierba de Nelson hasta altas horas de la madrugada. Se había quedado dormido en mitad de un trance. Cuando se despertó, todo le daba vueltas, tenía la boca seca y le picaban los ojos como si los hubiera tenido abiertos mucho tiempo. Sabía que tendría que llamar a su hermano.

Cuando Pósito llegó a casa, había algo raro en el ambiente. Se olía la tensión. Cuando llegó a su habitación se dio cuenta. Alguien había entrado y había estado rebuscando en los cajones. Buscaba algo en concreto. En ese momento no supo que podría ser, pero intuía que era importante. Un trabajo demasiado bien hecho como para que no fuera un profesional de élite. Quizás seguía allí. Paró un momento y escuchó el silencio a ver si le decía algo. Nada. Podían haber pasado horas desde el registro. De repente sonó el teléfono. ¿Despro? Algo huele a podrido en Dinamarca –está bien, mejor en tu casa, ahora te cuento.

Despro no sabía como afrontar la situación. ¿Y si no ha sido así? ¿Y si lo que he soñado no es cierto? Sabía que cabían pocas posibilidades. Hasta el momento, todo lo que había visto en sueños, o había pasado o iba a pasar. Deseó estar equivocado esta vez.

Aunque eran hechos aparentemente inconexos, para Pósito, la llamada de su hermano y el registro de su casa tenían algo que ver… mucho que ver. Esperaba no tener que enfadarse.

- Me han registrado la casa y, cuando me doy cuenta, me llamas ¿no tendrás algo que decirme?

- Buenas tardes a ti también, hermano. Tengo mucho que decirte, pero no sé nada de tu registrador.

- Ponme algo de beber, anda.


Nunca se habían tratado en exceso, pero aún así no profesaban odio o rencor el uno por el otro. Se trataban cordialmente, sin paños calientes.


- ¿Sabes qué buscaban?

- No tengo ni idea. No parece faltar nada.

- No habrá encontrado lo que buscaba.

- ¿Qué tenías tan importante que contarme?

- He soñado contigo…

- Una bonita pesadilla.

- Hablo en serio. Últimamente… veo cosas en sueños.

- Estupendo, ¿ahora soy tu psicólogo?

- He estado fumando una hierba que me hace ver el pasado y el futuro…

- ¿En serio?

- En serio.

- He oído hablar de eso. Entras como en trance y parece que estás viviendo una escena futura.

Pero le pasa a una persona entre un millón.

- Y le ha tocado a tu hermano… y no, no es divertido.

- El hombre siempre ha anhelado ver el futuro, ¿qué hay de malo? ¿No es divertido el futuro?

Menos divertido es el presente. ¿No habrías cambiado el futuro de saber que sería esto?

- Este futuro es culpa tuya.

- ¿¡Qué!?

- Lo he visto. Mataste al Presidente y se desató la hecatombe nuclear.

- ¡Yo nunca he matado a nadie! Lo sabes.

- Yo ya no sé nada. ¿Dónde estabas hace cinco años? ¿A qué te dedicabas? ¿Estabas casado?

¿Tenías hijos? ¿Acaso sabes algo de tu pasado?


Pósito se quedó con la mirada perdida en el blanco de la pared, aunque su mente estaba mucho más lejos. Intentaba regresar atrás en el tiempo, recordar algo…

Le sentaba como una patada en el estómago tener que darle la razón a su hermano pequeño. Pero sabía que la tenía. No recordaba nada de su pasado. Sí de su infancia y adolescencia; y sí después de la hecatombe… pero nada de una laguna de años demasiado amplia. Siempre lo había asociado a algún tipo de trauma, o vete a saber, algo radioactivo. Nunca se había parado a pensar. De repente todo le daba vueltas. Imágenes sucediéndose a gran velocidad se agolpaban en su mente. Se estaba mareando. Lo último que vio antes de desmayarse fue a Despro con un varita de incienso… ¿habrá sido él?

Cuando quiso despertar le dolía la cabeza horrores y sentía húmedas las mejillas. Estaba llorando. Una luz blanca y cristalina apareció en su mente. Había estado soñando con su pasado. Con su negro pasado. De repente lo recordó todo… ella… él… Marino… muerte. Todo se tornó gris. Cerró lo ojos. Al abrirlos vio a Despro sentado a su lado.


- Has estado en trance, hermano. Has delirado. Has hablado.

- He visto la luz… he visto el pasado… lo he visto todo.



“I ain't happy, I'm feeling glad
I got sunshine, in a bag
I'm useless, but not for long
The future is coming on”

Clint Eastwood, Gorillaz

viernes, 26 de marzo de 2010

Desato tormentas sin rechistar

Creí que había cambiado. Que no era como antes. No quiero ser como antes. Y me descubro discutiendo. Y todo por no callarme. Traga, traga, traga. No puedo. Rasta no traga hipócritas ni fariseos. No quiero discutir. Me sabe mal, aunque tenga toda la razón. Odio ese nudo en el estómago, ese elevar la voz, esa sensación de rojez, ese palpitar excesivamente. Y todo por una puta palabra: principios. Y, entre ellos, el del trabajo. Soy de la opinión de que te pagan (poco o menos) por hacer un trabajo y que, si no lo haces, no te mereces que te paguen. Si te pagan poco, si no te sientes valorado, si no te gusta lo que haces, si no estás a gusto... vete, déjalo. Así de democrático. Pero no jodas a los compañeros. Si tu no haces tu trabajo, otro lo hará y, generalmente, ese otro es un compañero. Si te escaqueas, si escurres el bulto, si tiras balones fuera, si delegas (si no es tu trabajo): estás enmarronando a un compañero. Un compañero que cobra lo mismo que tu y que tiene la misma carga de trabajo que tu. Y que a lo mejor no es tan vago como tu, o le gusta lo que hace. Y hacerlo bien, porque hay dos maneras de hacer las cosas: bien y el resto; medio bien, regular, etc.

Y discutir resulta que es parte de la vida. Es necesario discutir. Es cierto que existen diferentes acepciones de la palabra "discutir". Dar mi opinión y que otro de la suya, genera discusión, esto es así. Es posible que uno de los dos ceda por quedar convencido por los argumentos del otro. Pero si ninguno cede, es discusión. Entonces... ¿qué? ¿Uno cede? ¿No cede ninguno? ¿Quién tiene razón? El padre tiempo siempre tiene la razón. En eso confío. Siempre he confiado. El problema fundamental es que uno de los dos se queda sin la benevolencia del padre tiempo. Es entonces cuando la memoria, o la cara dura, juegan malas pasadas. Negar lo que se había dicho y cambiar el discurso es cosa de décimas de segundo. Y ya estamos de nuevo. Otra discusión, puesto que la opinión de uno es la de que no ha cambiado su discurso y la del otro que si. El círculo vicioso de la vida. Donde dije digo, digo Diego. Y defiendo mi postura hasta el final. Es en este momento en el que me encantaría tener por cerebro un disco duro y por retinas una cámara de vídeo. Enchufaría un dedo-usb a un equipo y encontraría el momento exacto del digo y te abriría la cabeza con la pantalla. Así de democrático. Hay gente así a patadas. Es un hecho.

Y si discutir forma parte de la vida, en cualquier aspecto de la vida puede haber una discusión. Y de repente mi memoria vuelve a funcionar perfectamente y me dice que había un comentario de Sara que decía algo así como: “Discutir no es malo, lo que cuenta es saber distinguir qué vale más: el motivo que inicia la discusión o la persona que discute contigo. Cuando tiras por la persona... es amor, no hay duda.” Y se me antoja perfectamente cierto. No merece la pena discutir con alguien a quien pagarías por no volver a ver. En cambio, si discuto con mi vida… vale más ella… y la discusión es lo de menos. Ella es el centro de mi universo. Vivo por y para ella. Todos los esfuerzos que hace por entenderme… por soportarme… por quererme… cuando a veces soy yo el obstáculo… siempre soy yo. Es la mejor.

Qué final más positivo, ¿no?

“Junté palabras y las eché pa fuera, pocas mentiras te lo juro, que me muera”

Que me muera, Hora Zulu

Que sepáis que no abandono… sólo me alejo un tiempo, para recargar y volver. Hay muchas ideas en mi cabeza… demasiadas… quieren salir… pero se agolpan y taponan la vía de aire… algunas mueren… tengo que dejar el mal.

martes, 12 de enero de 2010

Las ruinas del edén

Hace tiempo que dejó de ser una droga para divertirse. Antes sí lo era. Era una droga exclusivamente para divertirse. Era de vez en cuando, esporádicamente. Nos lo pasábamos de puta madre. Al principio era malo de cojones. Teníamos que tomar mucho y sabía a rayos. Luego nos hicimos más sibaritas. Estaba bueno y con menos cantidad obteníamos iguales resultados. A veces había uno de excepcional calidad... abusábamos de él. Luego empezó a ser algo habitual. Una buena relación calidad/precio. Y de vez en cuando algo superior que disfrutábamos tranquilamente. Siempre hubo épocas de escasez. Verano era una de ellas. Todo el mundo tiene derecho a vacaciones. Nos buscábamos la vida. Poco y malo siempre había. Servía para sociabilizar. En serio, funciona... aunque no entiendo muy bien por qué.

Desde hace tiempo es una droga para estar bien. Me sienta bien. No lo puedo evitar. Aunque soy consciente de que antes o después debería dejarlo. Prefiero que sea después. Creo que puedo dejarlo cuando quiera. Y no tardaré mucho. Lo he intentado muchas veces, cierto. Pero nunca he querido. Creo que ahora tampoco quiero... pero he de hacerlo. Va a ser duro, difícil. Pero soy fuerte. Es un hábito. Ella no me controla a mi, yo la controlo a ella. Yo no estoy encerrado aquí con vosotros. Sois vosotros los que estáis encerrados aquí conmigo (Walter Kovacs/Rorschach, Watchmen). Puedo desterrarla para siempre cuando quiera. De momento poco a poco, no será para siempre. Tengo toda una vida para hacerlo, no tiene por qué ser mañana. Me va a costar, lo sé. Creo que ya forma parte de mi. De mi forma de ser, de interactuar. No sé qué haré con el tiempo que invierto en ella. Me abstrae, me distrae y me relaja. Me hace ver las cosas desde otro punto de vista, con más ángulo. Me hace aprender, me enseña. Con ella todo parece positivo. Todo tiene otro color. Naranja. Mi mundo es naranja. No sé por qué. A veces tiene tonos amarillos... muy bonito. Pero generalmente es naranja...

Ahora ha llegado el momento. Bueno, de momento sólo lo dejo entre semana. Me va a costar... me está costando... aunque no tanto como esperaba. Dos semanas y no he matado a nadie... aunque no me quedan uñas. Es coña, no me muerdo las uñas. A ratos me cuesta más... en los momentos de ocio, pero bueno, procuro entretenerme. Creo que sé por qué lo estoy haciendo. Es para demostrarme a mi mismo que no todo es su culpa... que parte es culpa mía. Que ya era despistado antes de ser adicto. Que ya se me olvidaba todo. Y que puedo... aunque esté seguro. Es lo de la falta de confianza y todo eso, ya sabéis. Para algunos puede ser un muy pequeño paso, o ni siquiera un paso. Para mi es importante. No sé.

No quiero dejarlo. Pero tengo que hacerlo. Es contradictorio. Nunca apetece hacer algo que no quieres hacer, ¿no? Es el doble de difícil. “La lluvia sólo es un problema si no te quieres mojar” (Proverbio japonés). Es una dicotomía de esas. No quiero, pero tengo... más que debo. Teóricamente debería dejarlo, por aquello de la salud y esas cosas. Tengo que dejarlo, pues. Pero en la práctica no es tan fácil. Va a días. Hay días en los que ni me acuerdo de que soy un adicto… otros soy un síndrome de abstinencia con piernas. La cosa es hacer algo… estar entretenido… intento hacer deporte. Es curioso, algunos escogieron los deportes… y otros escogimos las drogas. Luego los que eligieron el deporte se pasaron a las drogas… y los que escogimos las drogas, para dejarlas, nos aferramos al deporte. La vida es extraña. Mi deporte es la piscina… no puedo hacer el mal estando en el agua, bien pensado, ¿no? Trabajo, piscina, amigos, trabajo, piscina, amigos… fin de semana. Intento no hacer trampas… a veces es irremediable. No tengo constancia... ni fuerza de voluntad. No he notado diferencias. Si un día duermo mal, al siguiente mejor y al tercero estupendamente. Pero eso ya pasaba antes.

A veces no tengo muy claro si ya era así antes de consumir habitualmente. A veces creo que las drogas no son malas… lo somos los que las tomamos. A veces pienso que me han vaciado. Que ya no me emociono tanto como antes. Antes, la música, un libro, una película; me hacían sentir algo. Ahora… sólo la música y sólo a veces. A lo mejor es que no he leído buenos libros, ni visto buenas películas. Puede ser. A veces no sé si es que siempre he estado vacío. Si nada me ha llenado. Yo ya era un despegado, un antisocial, un rancio. No creo que sea tan diferente de antes… o sí. A veces creo que si y otras que no. Soy un raro.

“Pierdo el tiempo pensando en lo esencial, que a veces dejo pasar.

Cuántos instantes he ignorado ya, capaces de haberme cambiado.”

Oración, Héroes del Silencio.

P.D.: Esta entrada la escribí hace ya… varios meses. He vuelto al mal. Volví casi un mes después de intentarlo. Es difícil, muy difícil. Ahora… me lo he vuelto a plantear. Creo que será la definitiva… aunque llevo dos días y me estoy volviendo medio loco, pero bueno. Realmente no sé porque lo hago, aunque supongo que es por ella… aunque haya dejado de insistirme, haya desistido y se ria de mi cada vez que le digo que lo voy a dejar. Por intentarlo que no quede. Os iré informando.

Creative Commons License
Esta obra está publicada bajo una licencia Creative Commons.