lunes, 11 de agosto de 2008

Fumo para mantener a raya a mi conciencia.

Hay algo aquí dentro (dedo en sien) que no funciona. Ya no es que no lo entienda, es que no va bien. Pienso cosas que no entiendo. Hago cosas que no entiendo. Digo cosas que no entiendo. Es como si mi cerebro funcionara a parte de mi conciencia (o cómo queráis llamarlo). Me quedo mirando al vacío, pensando en nada, continuamente. Tal parece que se ponga en stand by mi cerebro. Ya nada me preocupa. O eso quiero creer. Ya no tengo anhelos ¿Es, acaso, que lo tengo todo? Entonces, ¿qué es esta sensación de que falta algo? De búsqueda. De espera… de algo que no llega. Siempre con la sensación de que falta algo, siempre con la ansiedad de no saber qué es. A lo mejor es que necesito una preocupación. Pero, ¿cómo preocuparse de algo cuando no hay nada por lo que preocuparse? ¿Debo disfrutar el no tener preocupaciones? Eso sin duda. Cada día está hecho para ver el lado positivo de las cosas. No aspiro a más.

Lo único que sé con certeza es que no quiero responsabilizarme de nada. No quiero tener que encontrar respuestas a un montón de preguntas complicadas que, en realidad, no me importan. Sara.

Nunca he sido muy avispado, y mucho menos si hablamos de relaciones personales. Nunca he sabido “tirar los tejos” y nunca me he dado cuenta si me los han tirado. Que yo sepa o me hayan contado, tres veces. A ojo. Una fue bastante directa, tipo me gustas. Sin lugar a dudas. La otra acabó parecido… pero yo ya me había percatado… al cabo de bastantes años. Soy un poco lento, que le vamos a hacer. Y de la última… no me acuerdo. Recuerdo un juego de cartas… cerveza… porros… canciones… porros… cerveza… chistes… porros… calimocho… (falta escena)… sueños raros… las siete menos cuarto… en pie… resaca. Una conversación agradable, un guiño, una broma, un gesto, ingenuidad… resulta que todo eso, con algún añadido físico, es flirtear. Resulta extraño… y difícil… tengo que dejar el mal. Tampoco le encuentro el sentido a serle infiel a tu pareja... no cabe. Me parece una absoluta falta de respeto. Y, sin embargo, hay gente que lo hace y le parece lo más normal del mundo... no entiendo, de verdad.

“Consolando a una chica de 19 años me siento igual que un enfermo de Parkinson jugando a ser cirujano con una llave inglesa” Hartigan (Bruce Willis), Sin City

Y ya estamos otra vez. El mal, el mal y otra vez el mal. No sé que hacer con él. Ni conmigo. La vida pasa sin hacer demasiado ruido. Apuras los días libres como si te fuera la vida en ello. El resto, simplemente transcurren. Las pequeñas alegrías te dan todo lo que necesitas. Nada nubla tu juicio. No tienes de qué preocuparte. El futuro está demasiado lejos como para ir a por él. Siempre hay un hoy dispuesto a retarte, a tentarte, a desafiarte. Siempre aceptas el duelo. Parece que ganas. Pero siempre hay un hoy dispuesto a desafiarte… deja que llegue la primavera, y así me paso la vida entera.

“A veces la verdad no importa como debiera... pero siempre debes decirla...” Hartigan (Bruce Willis), Sin City

* Para algunos vivir es galopar
un camino empedrado de horas,
minutos y segundos.
Yo más humilde soy
y sólo quiero que la ola que surge
del último suspiro de un segundo,
me transporte mecido
hasta el siguiente. *

* Extraído del libro de poemas "La mala gana" de Santos Isidro Seseña. (Yo de Salir, de Extremoduro)

3 comentarios:

Sara dijo...

Voy a hacerme la dura y no te diré las conclusiones que he sacado de tu entrada hasta dentro de unos días. Por fastidiar y porque me has abandonado a traición.


:p

Anónimo dijo...

Yo me espero a que conclusione Sara, por que es más fácil entender lo que dices cuando ella conclusiona, jeje. (soy gran admiradora tuya, Sara)

Sara dijo...

Jajaja... gracias Marysol!!

Primera conclusión: La raya del título va con y. No me flaquees con la ortografía.

Segunda conclusión (de la primera parte del texto): Resulta que tengo la respuesta (o eso creo) a tu dilema. El ser humano es complicado. Buscamos siempre algo inalcanzable y, cuando lo conseguimos, nos autoimponemos un nuevo objetivo para no sentirnos "vacíos". Necesitamos necesitar. Necesitamos preocuparnos. Necesitamos sentirnos frustrados y anhelar algo. Si no, nuestros pies han alcanzado su destino y ya no saben qué hacer. Se quedan quietos. y unos pies que no saben andar, no sirven para nada.
Pero la vida es más compleja que el ser humano y, a veces nos regala periodos de descanso de nuestras propias exigencias. Para que tengamos un segundo sin más necesidades que respirar, que sentir felicidad por el trabajo bien hecho, por el objetivo cumplido... para que tengamos un nuevo aliciente para volver a empezar. Ahora ya sabemos a qué sabe la recompensa, de algún modo, nos hemos "enganchado a ella". Y eso es todo. Asi de simple. (O eso creo)

Tercera conclusión (de la segunda parte): Odio terriblemente decir esto. De verdad, me gusta pensar que soy de la clase de mujeres que no generaliza y que no cree en los tópicos sexistas. Me considero ajena a los extremos, a los -ismos llevados al radicalismo y la absurdez... sin embargo, lo único que puedo decirte es que mi experiencia ha terminado por demostrarme que no eres (ni serás) el único hombre sobre la faz de la tierra que no se entera de nada. Suele pasar. Las mujeres (no todas, claro) tenemos una especie de sexto sentido para esta cosa. Puedes llamarlo, si quieres, vanidad. No obstante, no te preocupes... estás cosas terminan surgiendo y, si tu no te enteras, ya se encargarán ellas de llevarte el mensaje personalmente.


Cuarta conclusión (de mi propia cosecha egocéntrica y autocomplaciente): Pese a tu abandono completo, sé que me sigues leyendo en secreto. Por eso vuelvo. Mi lector más fiel me ha abandonado y eso ha minado mis motivaciones para escribir. Es un rollo publicar cosas si nadie te lee. A veces me odio por esto. Debería ser fiel a la escritura y publicar por mí misma. Soy de lo peor, lo confieso.


Eso es todo. Una vez más, mi comentario es más largo que tu post... tengo que hacérmelo mirar... ;)

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