domingo, 20 de enero de 2008

Puede que la respuesta sea no preguntarse por qué

A veces me sorprende la facilidad con la que me adapto al nuevo medio. Creo que fue Darwin el que dijo eso de que la especie que sobrevive es la que se adapta (o algo por el estilo). Pues yo sobreviviría… si fuera de alguna especie diferente a la humana. El humano no es una especie, es LA ESPECIE. Destructiva como ninguna otra. Avariciosa como ninguna otra. Voraz. Derrochadora. Mortal. En realidad los humanos son una plaga. Arrasa con todo, allá por donde va. ¡Pero luego son tontos perdidos! Nacen sin saber nada de nada. En ese aspecto también son la perfección, porque no hay ninguna otra especie capaz de albergar tantos conocimientos y la capacidad para usarlos. Sus instintos no sirven de nada. Se basan en el conocimiento. Dicen que son capaces de los mayores logros y las mayores derrotas. Que son capaces de todo. Yo los veo capaces de cagarla siempre, una y otra y otra vez. También es una de sus cualidades. Cagarla constantemente. Un humano que no la cague, no es humano. Aprenden por repetición. Tropiezan más de una vez con la misma piedra… y más de dos. Hay cosas que no aprenden nunca. Y otras que no se olvidan. Estoy enfermo, infectao de humanidad. No somos iguales, no nos engañemos. Yo no soy igual que tu, del mismo modo que tu no eres igual que yo. Compartimos rasgos, claro, pero físicos. El físico es lo de menos… menos para los espartanos… “Ojalá vivas eternamente, Efialtes”. Leónidas, Rey de Esparta.
El físico… al fin y al cabo… se acaba. A la larga vale más ser simpático que ser guapo (Sara); soy pesao, lo sé, pero tengo la frase grabada a fuego en alguna parte del disco duro… y no se borra… eso es bueno, quiere decir que por lo menos algo retiene. Quizás demasiadas cosas. Me pregunto si no tendrá fin. O si, para que entre algo más, tendrá que salir otro algo… ¿Y si estoy olvidando cosas? No puede ser. Está todo guardado… bien guardado. No se me escapa nada. No tiene final. No tiene tope. No se llena. Igual es que se vacía de vez en cuando. Soy vago hasta para deshacerme de información inútil. Cuando más tratas de olvidarlo con más fuerza lo recuerdas. Soy capaz de repetir la mejor frase del Super Intendente Chalmers: “¡Cielo santo! Que envarada es la vara que envara la envaradura de ese hombre.”. Y así miles de conversaciones de series de dibujos animados. Letras de canciones. Bueno, eso si que me resulta útil de vez en cuando. Igual es la evolución. Igual lo recuerdo todo. Bueno, tampoco es para tanto. Se me olvidan muchas cosas, por no decir todas. Lo que pasa es que necesito un vínculo que me haga recordar. Es como un disco duro: almacena información. Pero tampoco sé que información guarda. Nunca sé qué guarda esta enrevesada cabezota. Nunca sé cuál va a ser la siguiente paranoia. O cuál será la próxima alucinación. Qué frase será la próxima que me mantenga en vela. O que imagen me torturará en sueños. Al final es cierto que hay cosas que nunca cambian. Sentirse desplazado. Olvidar lo importante. Anteponer el placer propio. Al final soy humano.

(Intro)
- ¿Cómo explica todo este tiempo sin trabajar en nada?
- Cualquiera puede trabajar, lo duro es sobrevivir sin hacerlo.

(Outro)
- En este país todo el mundo tiene obligación de ser algo… es como si alguien hubiera escrito una regla que dijera que todos tienen que hacer algo, todos tienen que ser algo… yo a veces me aburro de pensar en todas las cosas que no quiero hacer, las cosas que no quiero ser.”
Artesano del arte insano, Flowklorikos.

martes, 15 de enero de 2008

Tengo el propósito de volver a volver a empezar (mierda de resumen del año)

No sé por qué me empeño en hacer resúmenes con la mala memoria que tengo, pero bueno, supongo que me lo exige mi exigente público... bueno, este año no.
Lo primero, enero... el resumen a día ocho, y dos entradas más. Parece ser que acabando años siempre me da por pensar en años acabados. Últimamente el pasado quiere ser prensente pasando el año. Febrero, cuatro, la mitad en idas de pinza, que son gratis. Marzo, cuatro. Abril, una. Mayo, una, la más difícil que he hecho hasta ahora. Veintisiete. Otra decisión fundamental en el desarrollo de la historia. Otro viaje… esta vez sólo de vuelta. Junio, tres, se acabaron las conversaciones, conociendo gente nueva… para acabar como siempre. Julio, dos, decadencia positiva. Agosto, vacaciones. Septiembre, cinco, ella, nadie merece a nadie, dos años de blog, demasiado asfalto. Octubre, dos, vacío. Noviembre, cuatro, acabó Devon. Diciembre, una. Y en todo el año Sara y Cimujo y SuperAnónima y a ratos Cris y a ratos Jorge Luis. Seguid así.
Y otro año pulido.

Bueno, hecho el resumen, casi por compromiso conmigo mismo. Como una especie de bitácora… de resumen, por qué no… porque no resumo nada. En fin. Podéis saltaros esta entrada si queréis… bueno si habéis llegado hasta aquí, seguir leyendo, total, para lo que os queda…

“Querido enemigo déjame en paz,
no ves que no cuento contigo para avanzar, no no,
que a cada paso que doy estoy creciendo,
y a cada tono que suelto mueres por dentro,
un poquito más de lo que ya lo estas,
por mucho que intentes contra mi jamás nada conseguirás,
porque yo tengo el don y hablo la verdad,
y tu solamente hablas mierda”
Querido enemigo, Morodo.



P.D.: Y podía haber hecho copy - paste con la del año pasado... ¡pero no!
P.D.2: Si me descuido lo hago el año que viene... o así.
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