lunes, 23 de octubre de 2006

Casi he sido un espectador ante la obra de mi vida (más retales)

Película recomendada (y mucho): Martín (Hache) de Adolfo Aristarain. Con ese Federico Luppi impertérrito. Juan Diego Botto enorme. Un Eusebio Poncela a su altura (recuerdo Intacto, enorme). Y qué decir de Cecilia Roth… nada. Es soberbia, genial, me encanta. Historias de droga (merca, maría…), familia, vida y padres e hijos. La música de Fito Páez le viene al pelo, como esos toques de jazz. A mi me ha gustado. Y hacía tiempo que no me gustaba una película. Tenía miedo de verla. Bueno, no miedo, pero si respeto. Me habían hablando tan bien… no me gusta que me hablen bien de una película. Temo decepcionarme. Me cuesta mucho ver algunas películas. 21 gramos, Memento, Reservoir Dogs… Todas me costó verlas. Pero todas me gustaron.
Había frases de esta película en canciones de Boikot y Violadores (Ninguna chavala tiene dueño / Porque ella lo dijo). Y ubicarlas se presumía interesante. Y lo fue. Además de sacar alguna frase más. Cinéfilos… ponedme verde!


Por fin, el mal vuelve a estar dentro de mi!! Joder que ganas. Esto es gloria. Uno a medias con Besugo y ya estoy puesto hasta las cejas. Tremendo. Ni me sale escribir ya. La de veces que me he equivocado. Si hasta se anda diferente! Ainssss… que ganitas. Llámalo ansia si quieres. O vicio. Me da igual. Esto es gloria. Y me apetece ver una peli o algo, fíjate. Fumo y olvido (…) fumo y escribo (…) canto y fumo, el llanto se va con el humo…

Hop, hop… rock & roll!! Sí señor. A veces cuesta encontrar la canción que te haga gritar. Necesitas esa canción en ese preciso momento… no hay más. Y cuando la encuentras, zas! Lo sientes. Y te sientes bien. O eso me pasa a mí. Me acaba de pasar, de hecho. Y acto seguido… Emilio Aragón y toda su familia son unos payasos! [Yeah] Va, con esto termino, Doble V está en camino, Dogma Crew es lo que vino, no hay ninguna puta duda, chúpala! Tu madre es la mujer barbuda! Que subidón!!

Todavía no acabo de sentirme bien, no sé. Ni de entenderlo. Se me hace raro. Como si no fuera conmigo. Sigo sin saber gustarle a una mujer. Es decir, si una tía me dice que le molo, empiezo a soltar chorradas: “seguro que es sólo aprecio… o cariño, pero nada más” y cosas así. Si es que no sé! No valgo. Tampoco es que pase a menudo… últimamente más de lo esperado… pero generalmente no pasa, por lo que decido no preocuparme. Pero luego pienso y… joder, un cuarto de siglo… yo creo que ya va siendo hora de conocer a alguien, ¿no? No es que tenga prisa ni mucho menos… pero cada día que pasa me veo con menos posibilidades. Se está de puta madre sólo… estoy acostumbrado. Lo difícil sería acostumbrarme a lo contrario, pero hay que probar. Me paso el día solo… soy antisociable… pero también me he demostrado que sé convivir. No sería lo más difícil. Impresumible vencer con las cositas del querer…
Divertido! Debe ser de los pocos piropos que me brindan… Gracioso! También estuvo de moda. El que dijo que si haces reír a una mujer la tienes ganada… en fin, supongo que sería soltero… y aburrido, claro. Llevo media vida haciendo reír, no sólo a mujeres, pero ellas son mayoría y… pues eso. Aunque pensándolo bien… los humoristas no son nada guapos… Buenafuente, Eva Hache, el Frutero, El Gran Wyoming, Pedro Reyes! O los hermanos Calatrava!! Estoy desvariando…

“A los que no somos guapos pero tenemos magnetismo personal nos sobre valoran. A los bellos, no." El Gran Wyoming


Odio! Te escondes. Te disfrazas de tolerancia, amabilidad, cortesía... pero yo sé que eres tu! Jodido y pesado lastre… El odio es un lastre, la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado… American History X. Algunos se ahogaron con el peso en los pies… algunos siguen flotando a duras penas.

Sé. Simplemente sé. Lo explico. Estoy feliz. Y es que tengo razón. Además he hecho un hallazgo del copón. He encontrado unas historias… mías. Fíjate. Y las daba por perdidas. Han ido acompañadas de una mala noticia: 50€ menos. Cagüendios! En fin. La alegría lo supera. Qué son 50€ si no mero papel. Lo que he encontrado ni si quiera es papel… hombre, se podría convertir, pero de momento son unos archivos de texto… joder. Cartas a personas, cartas a mi mismo… cosas. Algunos fechados de 4 de abril de 2004. Jodó!! En fin. Alegría, alegría. Quizá sólo me retracte de una cosa de todo aquello… o quizá no. Era un sentimiento que tenía, si señor. Te quiero. Dos palabras aparentemente sin más sentido que el aprecio. Fíjate. Letras, palabras… esas cosas… pero traen muchos recuerdos. Muchos momentos. Muchos sentimientos… en fin. Que bonito. Al final voy a tener cabeza para algo, fíjate. Dos años y pico de historias… y por aquel entonces ya me repetía. He descubierto que he reescrito muchas de esas cosas, muchas frases iguales, muchos conceptos… entonces… querrá decir eso que ya pensaba como ahora hace dos años… o que no he cambiado nada… o… que sigo teniendo razón… o… todo a la vez. Sí. No sólo no he cambiado, si no que he cambiado a mejor! Incongruente. Y no sólo no tenía razón, si no que ni siquiera quería tener razón.

“Sólo una boca y dos oídos no les parece señal,
lo primero es escuchar y luego hablar.
Empecinados en que sólo puede haber una opinión,
el primero de los sentidos es la razón

Quizás un día encuentre a alguien que me lleve a otro lugar,
sin mentiras, falsedades, ignorancia y mezquindad...

Saben de todo, creen en nada y no quieren comprender...
sólo sé que no sé nada, eso sé.
Todo lo juzgan, lo manejan a su antojo y decisión.
Este mundo no es mi mundo... ¡es mi prisión!”
Más allá, Warcry.

martes, 3 de octubre de 2006

Retales sin inspiración

Las puertas del infierno… bum, bum!... alguien llama… soy yo. Se abren. Entro… hasta la cocina… la cocina del infierno, claro… y me hago unas patatas fritas. Satanás, el infierno es demasiado dulce… sobretodo para los que estamos acostumbrados. Mi infierno está dentro de mí y no conmigo… cómo para andar huyendo de él… lo asumo, y nos llevamos bien. A veces quiere salir, pero le insisto en que no tiene por qué. Lo entiende y vuelve adentro. Temo el día en que no pueda controlarlo. No tiene por qué llegar… pero si llega… fiu… espero no estar allí. Mucho han de calentarme.

No por ser enorme el dolor que soporté me doblegué… aquí sigo. Mejor o peor, pero aquí sigo. Lo siento por mis… “enemigos”, aunque no sea la palabra. Aquellos a los que les hubiera gustado que desistiera… ya veis. No os reprocho nada, cada uno tiene sus razones, pero que sepáis que habéis fracasado. Quizá vuestra meta no era mi exilio, si no mi ruina, o mi hundimiento moral y/o físico… ohhh!! Lastimita. Y yo no soy como un Fénix, ese animal mitológico que la gente se empeña en sacar a relucir sin más (una nueva alteración del lenguaje), no. Yo nunca estuve en cenizas ni he renacido de ningún modo. Yo estaba aquí. Calladito. Sentado. Esperando. Y se puso a llover. Son cosas que pasan. Ahora… todavía queda tiempo. Estamos a tiempo, de hecho. Y no rectificaré mis palabras. Las pienso mucho antes de decirlas. Ni me las tendré que comer, como a mucha gente le gustaría. Tenga o no razón, nunca lo sabré (espero), pero sigo pensando lo mismo, se llama coherencia. Ya se dijo. Nunca he hecho y nunca haré nada al respecto. No quiero tener nada que ver. Aunque bien sé que… en fin… la historia siempre se repite… ya sabéis. La vida no da segundas oportunidades (no es del todo cierto, hay contadas ocasiones), pero si alguien tan viejo y tan sabio como la vida misma no las da… habrá que seguir su ejemplo.

“Ley de la mentira
No importa la frecuencia con que se demuestre que una mentira es falsa. Siempre habrá cierto porcentaje de gente que crea que es verdad.”
La ley de Murphy, de Arthur Bloch

Y en cuanto aparece una nueva pieza en el redil los buitres se abalanzan a intentar sacar tajada, es inevitable. Yo prefiero refugiarme en el alcohol y las drogas, más efímeras pero más fáciles de conseguir que el aprecio de una dama. Y las drogas casi las he dejado… y el alcohol… hace que no lo pruebo… ni sé… y…

Y bueno… supongo que lo que me atrae es ese… cómo decirlo… esa sensación de que a veces si y a veces no… ese tira y afloja… ese juego… en el que siempre salgo perdiendo… anoche tu y yo jugamos a ese juego en el que tú siempre sales vencedora… bueno, también me atraes tú, evidentemente… pero hay algo más… un trasfondo que intuyo pero no veo… un… no sé… un reto… que no sé como afrontar, pero un reto al fin y al cabo… un hallazgo en la monotonía… unos días de sobresaltos… algo nuevo bajo el sol. Pero bueno… acabaré desistiendo, como siempre.

Se nota que han empezado las clases… hay bullicio. Muchísima gente para arriba y para abajo… y mi cuello no da para tanta… en fin. Me tengo que dejar de quedar con las caras. Luego todas me resultan familiares… y no conozco a nadie. “A este lo he visto… en el ciber… este… en el comedor de derecho… a este una vez en el Zona…” es legítimo quedarse con las caras y para bien o para mal me quedo con todas… pero con todas. Besugo flipa cuando vamos por la calle. Me dice que no es normal. Yo también pienso que no es demasiado normal. Luego si me suena alguien y no lo ubico me tiro dándole vueltas dos días… hasta que lo ubico. Y no tenía mayor importancia, porque generalmente no tiene mayor importancia.

“- Yo se quien soy, si tu supieras quien eres no te pasaría lo que te pasa.
- ¿Y quién soy?
- Un ceporro, eso es lo que eres.”
Tapas, de José Corbacho y Juan Cruz.

Creative Commons License
Esta obra está publicada bajo una licencia Creative Commons.