martes, 20 de mayo de 2008

La leyenda del perro-flauta (por Despro)

Asco de vida. La sociedad hace siglos que no avanza. Por más que se empeñen en pensar que sí. Y desde las últimas crisis mucho menos. Ahora que todo está en pleno caos parece que se multipliquen los agoreros. , pregonan. Como hace años. La religión no nos salvó de los terremotos. . No supo predecir las grandes catástrofes. Ni evitarlas. Pero yo soy optimista. Ahora parece que no vamos del todo mal… desde que reina la anarquía. Los grandes terremotos obligaron a la creación de estados desplazados… o a desplazar los estados, no estoy muy seguro. Después de que las placas tectónicas chocaran entre sí creando nuevas fronteras naturales, los estados perdieron el sentido. Mucha, muchísima gente murió. El agua potable escaseaba. No había medios. Todo en ruinas. El caos. Los políticos mostraron entonces su peor cara. Bueno, su verdadera cara. Esa que vende a una madre por dinero o poder. Después de que mataran a todo el que se hiciera llamar político todo empezó a ir a mejor. Cierto es que no apruebo la violencia pero… hay casos. Llegó un grupo de salvajes y los decapitaron a todos. Eso sí, no sin antes celebrar un juicio popular. Resultó que no había inocentes. Una pena. Ahora sobrevivimos entre bandas callejeras, justicieros enmascarados y patrullas vecinales. Todos ellos armados hasta los dientes. Salir a la calle es toda una aventura. Y llegar a casa sano y salvo, una odisea. Peo el ser humano sobrevive. Se adapta. Yo tengo una máxima, la misma que me ha acompañado toda mi vida: vive y deja vivir. No me va mal.
Opio. No es legal, pero tampoco es ilegal. Claro que, no tengo muy claro que haya leyes hoy en día… tendré que consultarlo. Yo voy al Deliropium Tremens. El dueño del local no tiene demasiada imaginación.
  • Nelson, lo de siempre.
  • ¿Te puedo proponer un trato, Despro?
  • Sólo si salgo beneficiado.
  • Fumarás todo el opio que quieras.
  • Acepto.
  • Vale, de todas maneras, te lo cuento.
  • Venga, va.
  • Me han traído un opio nuevo. Pero le pasa algo extraño.
  • Y pretendes que me lo quede.
  • No del todo. Necesito que lo pruebes.
  • Vale, pero ¿por qué dices que le pasa algo raro?
  • Hay a gente que no le hace ningún tipo de efecto.
  • ¿Entonces?
  • Se lo fuman y siguen igual. Incluso en altas dosis.
  • No entiendo.
  • Hay gente que dice que persigue algo que nunca alcanza, una quimera. Casi siempre, un animal… un perro. Y se rallan, no les gusta. Ya sabes como son esta gente. Necesitan evadirse y un opio que no evade no sirve de mucho.
  • No sé dónde encajo yo. O me pasará eso o no sentiré nada.
  • O no. Este opio es especial. Ya lo fumaban los monjes hace eones. Y cuentan las leyendas que a los que de verdad les hace efecto, ven el futuro.
  • No creo en leyendas.
  • Está bien. Toma, prueba. Te haga efecto o no, será todo para ti.
  • Si no me hace efecto, ¿para qué coño lo quiero?
  • ¡Qué se yo!
  • En fin. Prepárame una pipa, por favor.
  • Toma, aquí tienes.
  • Gracias, te mantendré informado del futuro.
  • Jeje, muy gracioso. Un consejo, no sigas al perro.
  • ¿Perro?

En fin. Este Nelson. Es un buen comerciante, pero vive estancado en el pasado. Reza a un antiguo dios y cree en leyendas de monjes. En fin. Está bueno. Huele bien. Es suave. Deja un sabor agradable en el paladar. Mmmmmm. Creo que si me hace algo de efecto. Igual es que ya voy todo el día colocado…
(2 horas después)

  • Despro, ¿estás bien? Despro
  • Despro…
  • Vaya… hola Nelson.
  • Llevas dos horas de trance.
  • ¿Dos horas? Vaya… eso es demasiado, ¿no?
  • Bueno… te he visto viajes peores… ¿qué tal?
  • No vi ningún perro.
  • Bueno, ¿y?
  • Nada. Absorto en mis pensamientos. Ha estado bien. No demasiado fuerte.
  • Vaya… no es lo que esperaba pero… quédatelo.
  • Me lo guardas tu, ¿vale? Así vendré aquí a fumármelo. Bueno, dame algo para casa… mañana más.
  • Hasta mañana.
El caso es que… … … vaya, ¿quién eres tú pequeño amigo?, un perro flauta… ¿por qué le hablo a un perro? Toma, algo de pan que me ha sobrado… vaya… estás contento, eh… … … hasta luego cánido amigo. No me sigas. Que no me sigas… … … jodido perro… bueno, vale. Vente. Te llamaré… Perro-Flauta.

“Era más feliz cuando era un crío ignorante
ya, bueno como todos pero ya no todo es como antes”
Donde duele inspira/36500 días, Flowklorikos

2 comentarios:

Sara dijo...

Me he perdido en la primera mención al perro... en fin, supongo que me he quedado atrapada en una especie de lunes eterno esta semana...

La sociedad avanza, solo que no por el camino apropiado... verás, el principal problema de dar pasos sin saber hacia dónde es que, en el mejor de los casos, acabarás por perderte y, en el peor... acabarás perdido. Básicamente con esto y un poco de fílosofía a retazos, te construyes una teoría bastante aproximada de por qué la sociedad parece no avanzar.

Pd. No saques un contexto tan pobre de mi texto... no se trata de no enamorarse... consiste, más bien, en no enamorarse de la persona inadecuada o, mejor aún, en la terrible frustación de no saber corresponder ni encontrar una palabra apropiada y terminar por juntar una cantidad desproporcionada en busca de un poco de tranquilidad.


Pd. ¿Te dije ya lo del lunes eterno? Pues eso, ni caso.

Anónimo dijo...

Ande estamos yendo? Dragó proponiendo que todo el mundo tome lsd y despro atiborrándose a opio, seguro que de Afganistán, ese que tan fielmente custodia los marines canadienses y estadounidenses...

Un abrazo del perro de cimujo, que no era perro flauta pero que era perro al fin y al cabo. Aunque yo como Sara no pillo muy bien lo del perro. Tendré que conocer el lado oscuro...

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