domingo, 18 de enero de 2009

No es justo salir contigo de marcha / Te tiran los tejos, a mi me tiran el cubata (Hijos del orgasmo, Xhelazz)

-Variante 16-, dijeron… las putas drogas… cuándo aprenderemos. Vengo a verlo siempre que puedo. Éramos amigos. Hace muchos años. No sabe lo que dice… se le va la cabeza. Divaga. Se pierde. Dice frases sin sentido. A veces… me cuenta alguna historia. Ya no sé si son verdad o no. Ya no sé si de verdad éramos tan amigos. Si pasaron tantas cosas. Si nos lo pasábamos tan bien. Yo le creo. Éramos… somos amigos. No los mejores amigos del mundo… pero si amigos. Desde que me enteré… todo ha perdido un poco el sentido. Me gusta creer sus historias. Me gusta saber que he sido feliz.

Ella era joven y decidida. Él, viejuno y apático. Yo era amigo de los dos… viví con ellos esta historia…
Todo empezó no recuerdo cuándo, hace muchos años. Él vagaba por la vida sin prestar demasiada atención a nada... y menos a las mujeres. Ella era una niña por aquel entonces... una niña morena, gitana, muy guapa. Sus ojos negros pareciera que te inflamaban el alma. Si ella quería, te hervía la sangre. Los tres íbamos con el grupo. No recuerdo cómo se formó. Supongo que éramos amigos. Estábamos muy unidos. Recuerdo una vez… bueno, ya no la recuerdo, pero hay muchas historias que contar… pero no hoy. Estoy cansado. Y ya habías empezado una. Un viejo y una joven. Si, si… eran muy amigos. Ella sentía auténtica devoción por él. Él iba a su bola. Ella se llamaba… Brune. Sí… era muy guapa. Le quería mucho. Era muy joven. Supongo que le atraía que él fuera un adolescente. Rebelde. Muy buena persona. Daba la vida por los demás. Todos éramos felices. Salíamos de fiesta… hacíamos deporte. No nos privábamos de nada. Bebíamos. La droga era fundamental. Cuánta música por aquel entonces. Ella disfrutaba mucho de su compañía. Y a él se le veía encantado con su pequeña. La protegía. La escuchaba. La quería. No tenía más que abrir su preciosa boca… con labios carnosos… sonrisa deslumbrante… yo también la quería. Pero sólo tenía ojos para una persona. Él tuvo que marchar a la guerra… putas guerras. Todo pasó muy deprisa. De repente, un conflicto que parecía controlado… el Golfo, Irak, Vietnam, los rojos, Somalia… como cualquier otro. Algo no debió salir bien. Todo se puso oscuro. Era como de película… una película demasiado real. Tan real que la podíamos sentir en la propia piel. Después… el caos. Toque de queda. Racionamiento. Llamada al frente. Nos dispersamos. Siempre que teníamos permiso íbamos al local del grupo. Sólo tenía ojos para él. Se abrazaban. Se besaban. Se querían. Me ardían las entrañas. Yo era egoísta por aquel entonces. Pasó el tiempo. Nos veíamos de vez en cuando. Supongo que hacíamos nuestra vida. De repente… no recuerdo cómo, todo acabó. Muchos años después… malditas guerras. Nos volvimos a juntar. No era lo mismo. Teníamos pareja. Trabajos. Una vida al margen del grupo. Ella sólo tenía ojos para él… pero se lo montaba con todo el mundo. Supongo que eran muy amigos. No sé quien estaba enamorado de quién… pero había amor. Pero algo raro pasaba. No tenían gustos afines. Desde las drogas a la música o la ropa. La diferencia de edad, probablemente. Él despertaba sexualmente cuando ella era demasiado ingenua. Cuando ella descubría algo, no era con él. No coincidieron en el primer beso. Yo… yo ya tenía pareja… la conoces, ¿verdad? No te desvíes. Creo que esta historia no me la sé. Es que es la primera vez que te la cuento. ¿Te has acordado ahora? Ya casi no se veían. Iban pasando los años. Él iba teniendo trabajos lejos del grupo. Ella iba teniendo parejas en su zona. Siempre que se veían… se abrazaban. Se besaban. Pasaron muchos años sin verse… tres o más… quizá cinco. Bueno, no sé. El caso es que ella era una jovencita de veinte años y el un viejo de treinta. Cuando ella empezaba a salir de fiesta, a él le apetecía ir de tranqui. Ya no aguantaba hasta las ocho de la mañana… como cuando tenía veinte años. Cuántas veces deseó tener unos años menos… Ya casi no coincidían. Y de repente… nos juntamos todos. La montamos gorda. Teníamos una semana para estar todos juntos. Nos lo pasamos en grande. Salimos de fiesta casi todos los días… qué tiempos. Ellos eran amigos. Pero ya no tanto. No se sentaron juntos a cenar. Ya no coincidían en las mismas salas. Pero cada vez que se juntaban… saltaban chispas. Ella le buscaba. Le obligaba a bailar la música que odiaba. No necesitaba más que acercarse contoneando sus preciosas caderas… Desde fuera pareciera como si de un momento a otro se fueran a enrollar. Él la miraba… el alcohol también ayudaba… ella se mordía el labio cada vez que bailaban… Él tenía pareja. Ya sabes como se bailan esas músicas, ¿no? Movimientos eróticos y todo eso… me ardían las entrañas. Yo seguía enamorado de ella. Eran tan felices. Y de repente se fueron. Desaparecieron para siempre. No sé quién sufrió más. Estaban destrozados. Y de repente… pasó algo... o no… ya no lo recuerdo… ... ... ... ... Pósito, se llamaba. Pósito soy yo… ¿Y por qué lloras?

“Trabajando es un hombre,
durmiendo es una mujer,
es casi Dios cuando sueña,
un niño al oscurecer;
si te odia es un ángel,
si te quiere es Lucifer,
pero cuando sus lágrimas caen,
una pequeña niña es.
(...)
Trabajando fue un hombre,
en cama una mujer,
un ángel cuando soñaba,
un niño al oscurecer;
Casi Dios cuando odiaba,
queriendo fue Lucifer,
y cuando, pobre, lloraba
una pequeña niña fue.”
El último metro, Los Suaves

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Joe... muy buena entrada, me ha gustado mucho.

Un abrazo

Luis dijo...

Eres un artista!

Sara dijo...

Me has dejado de piedra. Completamente diferente a todo lo que sueles escribir y, sin embargo, estoy segura de que si me lo pusieran delante sin decirme el autor, sabría que te pertenece.
Tiene algo...

Muy bueno.

Has conseguido sorprenderme.

Sara dijo...

Exijo una visita.

Tengo una sorpresa esperándote en mi blog... ;)

Charro dijo...

Conseguís que me ruborice...
Y yo dudando de si publicarlo o no...

Gracias.

P.D: Me falta Marysol... estará pintando ;)

Anónimo dijo...

Siento decirte que casi no pinto, ya te contaré, si puedo, si me dejas. Estoy estudiando y me roba mucho tiempo, puf a mi edad, yo también soy una vieja de 30, de 34 para ser exactos, ejeje, aunque me encuentro como una jovenzuela de 20, no sé, será lo de estudiar, o el prozac, uys,digo fluoxetina, que no quiero hacer publi gratis, jejeje.

Me ha encantado y casi lloro, no tengo palabras, ya lo sabes, si puedo te dedico un cuadro, con muchas letras y dibujos bonitos, te lo mando cuando se me ocurra algo. Un beso muso mio, jejeje.

Anónimo dijo...

Leer el mundo blog, bastante bueno

Creative Commons License
Esta obra está publicada bajo una licencia Creative Commons.