martes, 13 de enero de 2009

El dinero es la condena del hombre

Me sentí un vendido, sin serlo. Estuve en esa disyuntiva ante la cual siempre hay que elegir. Un cambio. Siempre es un cambio. Otro más Y no es solo el cambio, si no lo que dejas atrás. Esto no es más que un símil. Casi cambio de trabajo. Más estable, mejor pagado, más difícil, más cómodo, de peor acceso, con peor horario, más tranquilo, con más opciones. Diferente. Al final ni era tan estable, ni tan difícil, ni tan cómodo ni nada. Y el dinero no lo es todo en esta puta vida. El sentirse valorado. El poder medrar. Hay cosas que suplen al dinero. De hecho, casi todo suple al dinero. Malditos fenicios.
¿Te acuerdas cuándo pensábamos que el dinero no lo era todo? Nos equivocábamos. Resulta que sí que lo es. Manda huevos. Ahora resulta que estamos de crisis. Vale. Ahora resulta que hemos encontrado el significado a la palabra capitalismo: privatizar las ganancias y sociabilizar las pérdidas. Es cojonudo. Siempre he dicho que el que inventó los bancos se lució muchísimo, puesto que es un establecimiento donde ni te venden, ni te compran nada; ni te ofrecen ningún tipo de servicio, y, encima, te cobran por traficar con tu dinero. Lo gracioso del todo, es que si lo pierden jugando a la Bolsa… ¡es tu dinero! No les vengas con mandangas de que eran los ahorros de toda tu vida, de tu jubilación o de la universidad de los niños. Se la sopla. Sólo entienden de beneficios. Son una empresa al fin y al cabo. Lo que me jode sobremanera es que pidan dinero al estado alegando que es para los clientes (nosotros). Siempre pierden los mismos. Alguien tuvo que verlo venir. Conceder hipotecas a gente que no la puede pagar iba a tener consecuencias, es evidente hasta para mi. Pues no lo vieron. Gracioso, ¿eh? Ni puta gracia tiene. Y ahora van los estados y les dan dinero. Pobrecitos, sólo han ganado un ocho por ciento menos que el año pasado, lo cual no baja de billones de euros… que no sé ni los ceros que tiene, ni quiero saber cuánto es en pesetas. No me interesa. Me vale con estar mosqueado, no quiero una úlcera. Y aún hay otra cosa más graciosa… bueno, en realidad hay dos. Una es que los gerifaltes han propuesto una manera global de regular estas cosas (economía global y esos rollos)… anticipo: no servirá para nada. La segunda es que, después de darle dinero a los pobres bancos para que reactiven la economía, el estado ni siquiera se ha quedado con parte del banco o sus beneficios. Esto me huele a fondo perdido… que no esperan que el banco les devuelva nada, vamos. Es que después de privatizar durante un montón de años pensando que era bueno, no vamos a empezar a sociabilizar ahora, ¿no? ¡Eso dicen! Pero como que no, alma de cántaro, el estado (llámalo estado, federación, autonomía o gilipollas unidos, me da igual), el estado, digo, es el instrumento de regularización y, aunque nunca debería tener beneficios, si que podría dejar de ser deficitario. Y luego vienen las consecuencias directas, esas que los políticos, gobernantes y magnates hablan como si las conocieran… y en su puta vida se han visto en una de esas. Como por ejemplo: tres millones de parados (y en alza). Así dicho es sólo un número, pero en realidad son personas, familias. No compran porque no tienen dinero, no les conceden hipotecas (¡a buenas horas!) y resulta que fomentan la inflación porque no gastan… pero que cojones van a gastar si no tienen un puto duro. Y lo peor, está por llegar, según los que saben… los que saben mogollón pero no han sido capaces de evitarlo. Y luego están los que se apuntan al carro. Los de los ERE’s a mansalva. Vale que no se venden coches, la gente no tiene dinero; vale que han bajado las producciones mundiales… vale, pero alguno se apunta al carro seguro. Han visto en la crisis la oportunidad perfecta para limpiar la plantilla (ellos lo llaman abaratar costes) o deslocalizar la empresa (no sé como lo llaman, pero yo los llamo hijosdeputa).

Qué haría con mi vida. Imagínate que cubren todas tus necesidades básicas. Que te dan un sueldo de x euros al mes por nada. Qué harías. Qué cojones harías. Yo, personalmente, nada de nada. Rascarme los huevos, vamos. Bueno… hay matices, ya sabéis. Pero lo gracioso de esto es que hay gente que buscaría trabajo. Pero vamos a ver, ¿estamos tontos? Me dicen que se aburrirían. Que no sabrían que hacer. No tienen, acaso, un hobby, un quehacer, un algo. Viajar, estudiar, leer, descubrir, hacer ejercicio, dedicarse a uno mismo, escribir… qué sé yo. Pero seguro que acabarías aburrido, además, estarías solo, viajar solo… me saldrían amigos de hasta debajo de las piedras, te lo aseguro. Además, tampoco necesito a nadie. Aprovecharía el tiempo libre de mis pocos amigos. Disfrutaría. Y una cosa te digo, te puedo demostrar cuando quieras que no me aburriría, si no me crees, hagamos la prueba, paga.
En fin. Esto último es una conversación con amigos/as. No sé si es literal, pero se aproxima bastante… a lo mejor faltan tacos por mi parte… es posible.

“Nothing in my life is free”.
Freak on a leash, Korn.

2 comentarios:

Sara dijo...

Solo tú podías "planificar" tu gran regreso para un martes 13. Seguramente no te hayas dado ni cuenta... ;)

¿Sabes lo que haría yo? Si pudiese prescindir del dinero, si esa parte de mi vida estuviese controlada y a salvo, si no tuviese que preocuparme de nimiedades como una hipoteca o un sueldo, seguramente invertiría mi tiempo en pensar. Todas esa obligaciones, todas esas tareas se las han inventado los poderosos para que dejemos de pensar, para que dejemos de tener opiniones y perdamos asi las razones... nos convierten en una masa uniforme y sin pensamientos que pueden manejar con facilidad. Y la mayoría de nosotros carecemos de tiempo para pararnos a reflexionar porque, cuando empezamos a hacerlo, llega la nueva letra que tenemos que pagar a base de renunciar a nuestros pensamientos.
Curiosamente, hacemos todo esto para tener una vida y lo que perdemos es, precisamente, la vida.

Pd. No me importa que desaparezcas siempre que sepa que no te irás definitivamente sin despedirte. Es un pacto ;)

Pd2: Si alguien se ofrece a patrocinarte el experimento, yo también me apunto. Por alguna extraña razón, tengo una capacidad innata de permanecer horas y horas haciendo absolutamente nada sin aburrirme. Creo que es exceso de imaginación. En fin...

Anónimo dijo...

Ummhh pues yo no se que haría, seguro que al principio me aburriría un poco, pero seguro que termino encontrando algo para pasar el tiempo... vamos, como cualquier jubilado.

Un saludo cacharrro, y nos seguimos leyendo ;-)

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