lunes, 11 de mayo de 2009

Quid pro quo

Esto iba a ser una entrada súper bonita sobre la pareja. La vida en común. Todo muy positivo. Pero no sé, no puedo o no me sale. Lo intento, de verdad. Pero no puedo. Es cierto que últimamente no escribo demasiado. Por no decir nada. Es este estado de ánimo al que llaman “felicidad”. Me atenaza. Me distrae. Me atrapa. Y me encanta. No quiero dejar de escribir. Por supuesto. Pero es una putada no poder escribir en positivo. Pero a caminar se aprende andando. No es la primera vez que lo intento. A veces ha funcionado. Llevo tiempo preparando algo bastante grande, pero al paso que va… en fin. No sé por qué ni lo entiendo, pero me resulta mucho más fácil escribir agobiado, cabreado, triste, desganado… y ahora no lo estoy. En el tiempo que ocupo en pensar, no lo hago en negativo. Y así no se puede... pero bueno, es lo que hay. A lo mejor es porque estoy ocupado mucho tiempo, muchas horas al día. Tengo vida social. Tengo una pareja. El tiempo que no lo paso trabajando se divide en pasarlo con mi pareja y mis amigos. Hasta he disfrutado de unas vacaciones juntos. Nada une más. Me lo he pasado en grande. He aprendido mucho. He disfrutado. He compartido. Y todo eso me ha hecho pensar, sobretodo, en las relaciones humanas. En la familia. En la amistad. En mis relaciones en particular. Tengo la suerte de tener una familia encantadora. Grandes amigos. Y una pareja increíble.
He estado pensando en términos tan relativos como dar o recibir. Quién da más y quién menos, es una cuestión difícil de aclarar. Para mi es una mera cuestión de conceptos cuantificables. Yo doy sin esperar a cambio. Es un problema. Ha habido veces en las que me he preguntado si el único que daba algo era yo. Y otras me he dado cuenta de que daba bastante menos de lo que recibía. Es difícil. Cuando pasa en pareja es más complicado todavía. Pero es la vida en pareja. Ahora no me preocupo. Sé que lo da todo por mí… y yo por ella. Siempre tiro más de lo que aflojo / y siembro el doble de lo que recojo. Hay que saber ceder. Hay que sacrificarse. Hay que entregarse. Nunca ha sido un problema. En realidad sí. No siempre he sabido. A todo se aprende. Hubo un tiempo en el que me costaba ceder. Otro en el que no me entregaba. Hay tiempo para todo. Ahora llena mi tiempo. Me completa. Me encantás (con acento argentino).

“Todo pasa tan deprisa
un beso una sonrisa se van sin aviso
siempre fue precisa la manera de decirlo
una conquista cuando logro definirlo”
Víctimas del tiempo, La Cara B


Me ha costado mucho hilvanar algo medio decente… y ha quedado esto. Pero por lo menos es positivo, ¿no?

1 comentario:

Sara dijo...

Toda una declaración de amor al estilo Charro... ;)

Al final va a resultar que te estás ablandando... dentro de poco vengo aquí y me encuentro un post sobre la felicidad de un amanecer soleado...

:p

Pd. Ya ni avisas cuando actualizas! eso duele (con acento madrileño)

Creative Commons License
Esta obra está publicada bajo una licencia Creative Commons.