jueves, 22 de febrero de 2007

Problemas… ¡¡problemas!!

Me he dado cuenta de una cosa… y no me gusta… los besos que perdí por no saber decir, te necesito todos los problemas tienen una solución, lo único que hay que hacer es encontrarla. Pero… ¿y si no la buscamos? Nunca la encontraremos. ¿Y si no queremos buscarla ni, por ende, encontrarla? ¿Y si no sabemos vivir sin algún problema? O sin uno concreto. Yo por lo menos tengo la cabeza ocupada día sí, día también… que hice rico al del estanco, de fumar pa no pensar tanto… aunque sea con lo más trivial del mundo. Le doy cincuenta mil vueltas a una conversación en tono de discusión. No me gusta discutir. De hecho creo que lo odio. Intento evitarlo como sea. Si tengo razón, soy capaz de quitármela con tal de no discutir. Si, aun así, me descubro discutiendo… le doy vueltas y más vueltas. Por qué dije aquello, qué hubiera pasado de no haberlo dicho… qué tengo que hacer para que no vuelva a pasar… A veces creo que tengo un ligero desorden… cómo decirlo… no sé. No es normal. Tampoco es normal que el mal esté dentro de mí constantemente. No me veo sin él… ni él sin mi. Lo necesito… y eso es grave. ¿Es posible que, inconscientemente, le de vueltas a algo banal sólo para mantenerme ocupado? Es decir, ¿le saco punta a todo? También me inspira. Siempre he dicho que estar preocupado me inspira, no es nuevo. Quizás lo haga de propio intento. O quizás no necesito encontrar nada, por eso no busco.
Siento ser frívolo… Mucha gente dice Versátil es frívolo y cruel… pero la práctica habitual de usar y tirar cada vez gana enteros en la lista de principios… mientras desbanca a la sinceridad y todo eso… ¡y va a pasos agigantados! Bueno, pero sólo a ratos. De momento no es grave, doctor.

El camino de la verdad es ancho y fácil de hallar. El único inconveniente estriba en que los hombres no lo buscan. Confucio.

Igual la solución es… volver, con la frente marchita… y tanto… sería bastante triste. Aunque una opción viable… en cierto modo. Con sus pros y sus contras, of course. Como pro importante, la seguridad. Y como contra, el abandono. La práctica seguridad de no volver. No es la primera vez. Ha pasado más veces… pero sería duro… por lo menos para mí. Pero ya sabemos, todo es relativo. Es como cuando te deja una novia. Sí, los primeros días jode, pero a todo se acostumbra uno. Incluso a la soledad. Todo acaba formando parte de la rutina… de la rutina del olvido… de la rutina del pasado… del paso del tiempo… y de la cicatrización natural. Sólo hay que dejar correr el tiempo. El tiempo hace milagros. El tiempo crea y destruye. Mantiene o desmonta. Cura. Hiere. Duele… y calma. No hay nada que no pueda. La gota horada la piedra*.

Luego está lo de las dos caras de la moneda, otro problema actual. El comportarse de diferente forma depende de con quién interactúes. Lázaro me suele decir bastantes barbaridades de Ana… pero nunca con ella presente. Supongo que es cuestión de confianza. Y que el hablar en boca de otros es mucho más fácil que hacerlo en boca propia… de siempre. A veces me exaspera. Básicamente porque luego tengo que desdecir lo dicho… y no lo que yo he dicho. No me gusta desdecirme… y menos en boca de otros. Yo hablo por mí y tú por ti. Ciertamente puedes decir algo en mi nombre, me conoces y conoces mis reacciones… pero no todo… o no siempre. Me molesta en cierto modo. Sobretodo en las formas… más que en el fondo. Hay formas, y formas. Siempre las ha habido. Puedes decir lo mismo de muchas maneras. Y personalmente prefiero ser sutil a ser soez. Por eso siempre el mismo estilo y siempre la misma voz. Lázaro nunca encontrará novia. No está en sus genes el convivir. El tener pareja. Se aburre. Aunque sea casi perfecto… o quizás por eso. El caso es que acaba agobiado. Hay veces que sientes que no vales. Que eso no es para ti. Se le ve en la forma de comportarse. De sociabilizar. No es que yo sea un experto… más bien todo lo contrario. No sin un aliciente. La mensajería instantánea es un buen método para sociabilizar. Algo impersonal. Directa. Sutil. Es útil.
Yo creo que es mi tono de voz. Ya puedo decir una grosería, un insulto, un sarcasmo con más de una intención, una declaración… la gente se ríe y no me toma en serio. No lo entiendo. Me sorprende enormemente que sea un borde y un grosero y mi interlocutor se ría y afirme mi simpatía o su grado de aceptación. No lo entiendo.

“Tu futuro es mi presente, el pasado me lo pierdo”
Por la noche, (con Tote King, Juaninacka y Capaz), La Mala Rodríguez


*La gota horada la piedra, no por su fuerza, si no por su constancia. Ovidio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha pasado una cosa muy curiosa leyendo tu post. Al principio he pensado que se te había vuelto a ir la cabeza pero, a medida que avanzaba en la lectura, me he dado cuenta de qué estabas diciendo algo muy real.
En cierto modo, creo que las preocupaciones, los problemas, las dudas, los dilemas... nos mantienen despiertos. Es como el anuncio ese que dice: ¿que pasaría si nunca pasara nada?. Piénsalo. En el fondo, todos necesitamos mantenernos ocupados. Y, la felicidad plena, no mantiene a la mente trabajando. Para bien o para mal, solos nos sentimos bien cuando estamos buscando soluciones a algo. Cuando tenemos algo que reparar. Es el mismo instinto que inició la evolución humana. No puede ser malo del todo.
Así que, ráyate mucho... dale muchas vueltas a la cabeza y busca soluciones, aunque nunca las lleves a cabo porque, si soluciones el problema, se acabaron los dilemas.
;)

Anónimo dijo...

Pues yo he descubierto que solo tengo un problema, y la verdad, como dice Sara, me encanta tener ese problema.

Creative Commons License
Esta obra está publicada bajo una licencia Creative Commons.