martes, 18 de septiembre de 2007

Siempre habrá alguien que corra más que tú, pequeño padawan (Aventuras en la carretera)

Obviando que soy el tío que peor se orienta del mundo, conducir por Barcelona no es tan difícil… sobretodo en según qué zonas, donde la calle que no sube, baja. Si un personaje como yo consigue llegar a los sitios sin excesivas vueltas y sin tener que preguntar ochocientas veces, eso es que se conduce bien. O por lo menos que está bien estructurada. A veces también está bien señalizada… pero sólo a veces. Me paso el día en el coche, gajes del oficio… y me he dado cuenta de que necesito un GPS… sin duda. Voy perdido con los mapas… no me hallo.
Ya lo tengo. Ya tengo GPS. Es un inventazo de la hostia, la verdad. Me ha servido muchísimas veces. Pasarse el día en el coche también tiene ventajas, por supuesto. En realidad creo que son más ventajas que inconvenientes. Bueno… no sé. Se ven muchas cosas. Y si repites muchas veces el sitio… pues se queda uno con cosas. Algo que me llama muchísimo la atención son las prostitutas (putas, lumis, mujeres de la calle, de la vida facil, etc.). Nunca he estado con una puta, pero, en el hipotético caso de que algún día fuera de putas, nunca iría a una de carretera… existen clubes… que seguro que son más higiénicos. Las lumis de carretera son un caso a parte. Están en todas partes… por lo menos por aquí. En la carretera de Granollers, en la autovía de L’Ametlla (con camión parado siempre que voy), en plena ciudad (El Prat de Llobregat), en carreteras secundarias poco transitadas (carretera de Montornés del Vallés)… en cualquier claro de la carretera. Lo de Granollers es impresionante… creo que hasta madrugan para coger sitio. Las hay que leen sentadas en una silla, con o sin sombrilla; las hay que te enseñan las tetas, las hay con rabo… literal… las hay que mean mirando a la carretera, las hay que, incluso, te tiran besos… las hay feas, menos feas, gordas, menos gordas… casi todas latinas… alguna hay del este, pero son las menos. Igual no son latinas… y son nacionales que se pasan muchas horas al sol. En algo coinciden: ropa fácil. Fácil de quitar, supongo. Se estilan los vestidos de colores llamativos… de esos que parecen una sola pieza. Casi todas con falda. Las más culonas con pantalones. En fin… me ha llamado mucho la atención, en serio.
Otro caso a parte son los transportistas. Como los taxistas, son una raza a parte. Sí, digo raza… no son humanos. Los que van con furgonetas pequeñas suelen ser unos kamikazes de cuidado. Se juntan las ganas de no trabajar demasiado, que el vehículo no es suyo y que suelen ser bastante flipados… son transportistas. Si son del gremio de la construcción, suelen ser menos kamikazes, les pagan por horas. Si llevan una furgoneta un poco más grande suelen ser algo más comprensivos con la raza humana… se pasan muchas horas en la carretera y suelen llevar paquetes de cierto valor. Ahora bien, si llevan un camión… si llevan un camión son unos hijosdeputa. Y eso que conozco varios camioneros. Y para conocer uno bueno tienes que haber visto demasiados malos. Se creen los reyes de la carretera… no obstante nadie osa meterse con ellos. Eres una pulga insignificante desde su cabina. No eres nada. No mereces respeto. Es genial cuando algún quemado se les pone delante y les frena en seco, lo cual hace que tengan que frenar en seco… y les jode un taco. El quemado, que seguro que lleva rato puteado por el camionero, se la juega; porque como al camionero le dé por no frenar… en fin.
Aún a riesgo de parecer machista… igual al volante lo soy un poco… y aún a riesgo de perder alguna lectora (mis disculpas desde ya)mujeres al volante. Sentemos precedentes. Seguro que hay mujeres que conducen cincuenta veces mejor que muchos hombres… incluido yo. Aunque no sea demasiado mi estilo, voy a generalizar. Teniendo en cuenta, eso sí, que ya he visto mujeres manejando todo tipo de transporte: coches, taxis, furgonetas, camiones, metros, tranvías… de todo. Pero me refiero especialmente a las conductoras no profesionales. A esas que se quedan en el carril de en medio aunque tengan uno a la derecha enorme y vacío, que se ofenden cuando les pones mala cara mientras les adelantas por la derecha. A esas que se tiran diez minutos decidiendo si se incorporan a la ronda o no. Sobre todo a esas que sólo cogen el coche para ir a llevar a los niños. Son veneno. Se creen que la calle es suya. No ceden el paso ni con un ceda. Van cegadas. Y tienes que apartarte de su camino, evidente. Te miran por encima del hombro (generalmente tienen un coche potente, y mi huevo… mi huevo es el mejor). Paran donde les rota, y diles algo. “Es sólo un momento”. A las que aparcan en tu vado y te dicen “Ah, ¿pero quieres entrar?” cuando llevas cinco minutos con la mano en el claxon. Son las que menos accidentes tienen, de acuerdo… pero son las que más provocan. También quiero decir que el conductor borracho, el que va en sentido contrario, el que comete más infracciones, no es la mujer.
De todos es sabido mi gran aprecio por las fuerzas del orden… ninguno. Pero las de carretera tienen su gracia. Los clásicos Guardias Civiles son de lo peor. Chulos, marrulleros, fardones, prepotentes, ignorantes… lo tienen todo. Pero ojo con la nueva ola: los Mossos. Además de poseer los peores defectos de los lechugas, encima trabajan por dinero. Me explico. Los verdes también trabajan por dinero, claro, pero son unos desgraciados porque les aprieta el tricornio que llevan a rosca... por eso y por lo de no tener derecho de huelga y esas cosas. Pero es que los cuervos son eso, cuervos, buitres carroñeros. Van a poner multas. Nada más. A sacar dinero. Yo creo que van a comisión. Yo, sinceramente, sólo he tenido encuentros con los lechugas… y no los recomiendo.
Y un día cinco de julio te dan un golpe por detrás… y te dejan el coche hecho un cromo… mi pobre huevo… ya nunca volverá a ser el mismo… hoy me lo han devuelto… todo pintadito de nuevo… que mono.

“sabiendo que la búsqueda era eterna,
y que hay muchas paradas a lo largo del camino y que,
lo importante no es llegar sino,
sino el camino en si, miramos atrás
y supimos que nadie volvería a vernos más.”
Fuego camina conmigo (con Violadores del Verso), Elphomega

Bueno, una entrada simple y frívola de vez en cuando tampoco viene mal, ¿no?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Estoy leyendo lo que creo leer? Mmm... mira que detesto las generalizaciones... pero... ¿que me dices de los tíos que van a 170 por la autopista, que se pegan a tu culo para que aceleres, que te dan las largas, que se te cruzan sin distancias de seguridad, que se saltan semáforos, que van a 80 por ciudad, que se meten en el carril interno de las glorietas para tomar la primera salida y hacerte la pirula, que se incorporan sin mirar si viene alguien o no, que frenan en seco... etc... ? No he leido ni una palabra de eso...

No sé, no sé, prefiero a una madre conductora que a un cuarentón kamikaze con mercedes/audi/... o que a un niñato con polo/bmw/ y demás coches considerados "molones"...

Puesto a quejarnos... ¿no?

Anónimo dijo...

cierto, a todos esos que dices... tiro en la nuca xD, bueno, no tanto. Tienes razón, que conste. Igual no hablo de ellos porque ya los tengo calados y controlados... o que me topo menos con ellos... no sé. Y los que tienen un golf? Esos son los peores, se creen qué sé yo... y siempre acaban estampados xD

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