miércoles, 10 de mayo de 2006

¿Cómo resumir un cuarto de siglo?

Si fuera un grupo de música estaría preparando un recopilatorio. Bodas de plata en un matrimonio. El aniversario de un acontecimiento, con o sin celebración.
Imposible. Y menos con mi memoria.
Cuando era un chinorri jugábamos a un juego, que no recuerdo como se llama, en el que tenias que contestar preguntas del tipo ¿A qué edad tienes pensado casarte? Después de un breve cálculo yo decía que a los 25… ¿Y tener hijos? El cálculo era más fácil, un par de años y a por el churumbel. Bien, ahora respondería ¿Casarme?? ¿Hijos?? Yo no uso de eso. La ingenuidad de la juventud. Ahora me dicen que los 30 no es mala edad… bien, teniendo en cuenta que sólo me quedan cinco años… no se yo. Cinco años ya no parecen tanto. Cinco años parecían tanto con 20… una eternidad. Me podía haber quedado en los 20, no era mala época. Estudiaba, trabajaba, tenía novia, amigos… cerebro también tenía más que ahora… bueno, en cantidad igual, pero no en calidad. La experiencia es lo único que queda, lo único que he ganado. Y no es poco. Mucho ha pasado en cinco años… bueno, mucho ha pasado en un año. Va por años. Hay años que son completamente anodinos y años en lo que se acumula todo. Lo dejamos. Un par de años normales, sin más sobresalto que alguna llamada telefónica. Acabé de estudiar, dejé el trabajo y me trasladé el mismo año. Durante los siguientes seis meses pasó de todo. Bueno y no tan bueno. Aunque todo depende de cómo te lo tomes. Yo me lo tomé de puta madre. Siempre falta algo. Siempre falta lo mismo. El primer año fue muy largo, pero no echaba de menos casi nada… a lo mejor lo de siempre, pero no me preocupaba demasiado. Empecé a vaciarme en serio y a piñón. El segundo está a punto de cumplirse y… sigue faltando. Algo he encontrado, parte. De hecho ha sido desde entonces que lo echo en falta. Igual demasiado… no encuentro la palabra… demasiado frecuente, demasiado fijo para ser esporádico. Me he enganchado. Ya no te veo igual, que quieres que le haga. Quizás por eso me estoy esforzando por conseguir algo esporádico… con otra persona.

“quitando la pila al reloj nunca matarás al tiempo”
Sistema R.A.P., R de Rumba (con Xhelazz)

No voy a resumir. Está claro. Ya tuve el bajón hace tiempo, pero me queda otro que llegará en breve… supongo. Son de esas veces que te pones a pensar… y eso no puede ser bueno. Por eso me drogo, para no pensar. No tengo pareja estable, ni trabajo estable, ni destino estable, ni amigos estables, ni cerebro estable, ni nada estable; así que lo de la boda… habrá que posponerlo. No vivo mal, desde luego. Hago lo que quiero… cuando quiero. Se podría decir que soy libre. Pero mentiría. Nadie es libre. Somos esclavos. De la sociedad, del dinero, de nuestras palabras, de nuestros actos, de nuestros vicios, de nuestras adicciones… siempre hay algo que te esclaviza. Como siempre hay algo que falta. Y casi siempre es lo mismo. Hoy… hoy es un día más. Y ya no estás. El caso es que seguramente te necesite… aunque me cueste reconocerlo. Supongo que cuando publique esto serán ya dos días, aproximadamente.

“Somos el tiempo que nos queda,
la vieja búsqueda, la nueva prueba
Yo tampoco sé vivir, estoy improvisando
pues cada uno tiene que ir tirando a su manera
Hay quien se desespera, verás,
el tiempo, a veces amigo del hombre, todo lo deja atrás
En la carrera la fatiga es normal
por eso hay que parar a respirar
Mira, el final es para todos igual”
Vivir para contarlo, Violadores del Verso

Malestar general… nudo en el estómago… dolor de cabeza… imposibilidad de comer… dolor punzante en alguna parte del pecho… agotamiento físico… y mental… Si me viera mi madre diría que estoy enamorado. Para ella siempre estaba enamorado… o casi siempre. Pero no. No debe ser eso… no creo, vamos. Debe ser cosa del cerebro… o de la abstinencia… de un encuentro próximo… de un error pasado… del pasado reciente, nada lejano… de una conversación a medias… de medias conversaciones… de palabras que abrasan la garganta… del mencionado bajón… de una canción que no te canto… del dinero… de no encontrarme… otra vez… de todo junto. Debe ser la muerte…

“Has visto muchas cosas y no temes la muerte pero algunas veces la deseas, ¿no es cierto? Eso les pasa a los hombres que han visto lo que hemos visto. Como las víboras, vamos muriendo, reconocer la vida en cada sorbo de aire, en cada taza de té, en cada muerte que causamos... ese es el camino del guerrero”
(Intro) El camino del guerrero, Nach

Y llegó el día de publicar, hoy, 10 de mayo de 2006, un día más… un año más… un cuarto de siglo… y no necesito nada… porque no tengo nada… y al que nada espera, nada le llega y nada tiene que perder.

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