martes, 18 de octubre de 2005

Odisea en busca de paz

Ni el cielo gris ni la lluvia suave pero intensa, nos amedrentaban a la sombra azul con gafas y a mí en nuestra búsqueda de paz. El huevo blanco se movía suave en el mar en calma de la noche.
Llegamos a buen puerto, pero el yugo, lugar de descanso de la propia paz, estaba roto, en desuso... ¿qué podíamos hacer?
Intentamos comunicarnos con un oro peligroso, pero nada. Intentamos comunicarnos con un hablador apaciguado... pero nada. La sombra azul con gafas me susurró al oido el nombre de mi tocayo... allí fuimos. Una belleza impresionante, morena, de facciones maravillosas y proporcionadas formas, nos esperaba al final de las escaleras, pero ni rastro de mi tocayo... Bueno, bajamos y nos pedimos una libación, que menos por el esfuerzo.
Y así, sin más, apareció un estres currante y amable... charlamos. Imposible, la paz ha desaparecido de las ciudades.
Deambulando por la noche, cabizbajos, la sombra y yo, paseamos por unas vibraciones conocidas y un olor atrayente, pero no era eso lo que andábamos buscando... De repente, de frente y a plena luz de una farola, aparecieron dos callejeras ratas de ciudad... ellos tenían paz. A veces, en lo más profundo del alma de las ciudades es donde se encuentra la paz. Hubo trato, no sin antes discernir el montante.
Bueno, no nos íbamos satisfechos, pero teníamos paz. Así, al cobijo de una obra del románico disfrutamos de nuestra dosis de paz. No una, ni dos, ni siquiera tres, si no hasta cuatro veces encontramos la paz. Al final, había valido la pena.
Esta mañana, después de siete horas de sueños incoherentes y extraños, de que las sábanas se aferraran a mi piel como los vampiros a la sangre, sigo pensando que valió la pena; aunque mis párpados se nieguen a permanecer abiertos más de tres segundos intentando apaciguar ese picor molesto, sigo pensando que valió la pena. Y es que la paz es la mejor droga del mundo.

"Y no me ves que de tanto pensar y joderme en tu ausencia me estoy consumiendo/ que esta noche otra vez necesito notar tu calor y tenerte en mi pecho/ ya soy casi un adicto a tu olor, tu color de memoria me estoy aprendiendo/ tu me haces olvidar el dolor que dejó el desamor distorsionas mi tiempo/ demasiao acostumbrao a tenerte como pa perderte sin ir a bucarte / demasiao enganchao pa ser fuerte y aprender a verte sin necesitarte/ y agarrarte y deshacerte y prepararte pa liarte y respirasrte y suspirar me faltan dedos pa tocarte/ ay no se que le voy a hacer yo/ muero si no pillo/ tu eres mi gran fallo/ y eres mi aleluya/ sin ti yo me rallo, si no llueve en mayo será culpa tuya/ estoy sudando sin tí, no vi a poderme dormir/ si no te puedo tener no tengo na que perder/ tengo que sobrevivir/ debí dejarte cuando nos pilló mi madre/ pero ya es tarde/ hoy como ayer en mis manos tu ardes/ contigo paso mis tardes/ mis mañanas, y mis noches/ niña, nunca más te encontraran/ los de verde en mi coche/ mira si te quiero cucha/ que no reniego de tu presencia/ que eres el cáncer que hay en mi hucha/ que no debiera yo de quererte/ que no eres parte de mi lucha/ dichoso el que te controle/ chocho, por tu amor me he vuelto pocho/ déjame que almenos te reproche/ si esta noche estoy sudando y sin ti.../ y agararte, y deshacerte y prepararte pa liarte y respirarte y suspirar me faltan dedos pa tocarte/ ay no se que le voy a hacer yo."
Agua de Mayo, Hora Zulu.

No hay comentarios:

Creative Commons License
Esta obra está publicada bajo una licencia Creative Commons.