jueves, 17 de noviembre de 2005

Divagaciones / Incoherente

La felicidad, ese estado de ánimo tan etéreo, tan sutil, tan frágil, tan sublime.
No, no estoy feliz. Los antipáticos, bohemios, malhumorados, como yo, no somos felices; quizás una o dos veces en toda una vida. Pero la felicidad es un camino difícil. Es como el nirvana de los budistas. Tiene grados. Nada de felicidad, poca felicidad, felicidad artificial, mucha felicidad, completamente feliz… pues eso. Yo he recibido una noticia que me ha hecho llegar al primer nivel: Momentáneamente feliz. Puntualmente feliz. Así ando.
Una noticia que no me incumbe. Una noticia que no es sobre mi. Una noticia, que de no ser por el subconsciente alcoholizado de una personilla, no habría tenido noticia. Así, una casualidad, un error quizás, me ha hecho replantearme ciertas cosas. Ciertas cosas que combinadas con esa noticia la hacen una buena noticia, aunque en su día podría haber sido muy mala. Como pasa el tiempo… cuánto tiempo sumido en la ignorancia… en la felicidad de la ignorancia. Todo fluía, todo funcionaba (con mejor o peor fortuna). De haberlo sabido, igual mi fe en la humanidad se hubiera quebrado antes… o no se hubiera quebrado. Quién sabe. El caso es que lo se. Y se que el odio está fundado. El mío, claro. Pero… ¿de qué sirve odiar? Ciertamente, de nada.
Felicidad en unas risas con colegas, familia, amigos… Felicidad en una sonrisa, en unos ojos, en unos labios… Felicidad enrollada entre tabaco y papel… Felicidad en una tarde de lluvia. Felicidad en una mañana de sol.
¿Como se puede sentir odio y felicidad al mismo tiempo? Me lo he preguntado. Pero luego me he dado cuenta de que el odio es vencido por la felicidad… a ratos, a trozos y no siempre, pero bueno. Claro, que supongo que habrá gente que sea feliz con su odio, ¿no? Digo yo. Seguro que hay gente que disfruta odiando… hay gente para todo.

En el más sucio rincón de mi negro corazón algo brilla. Igual es muy buen humor, que está despertando. Ese buen humor que sólo me despiertan las mujeres… cómo resistirse a una sonrisa de mujer… imposible.
Ese buen humor de la sonrisa eterna. Ese buen humor de simpatía. Ese buen humor de los chistes buenos. De los comentarios graciosos. De las puntillas simpáticas. Buen humor en general. Y no esta cara de perro… con barba. Ese buen humor de los primeros años… de los primeros años de andar con mujeres. Anoche vi a unos muchachines en un portal, besándose… y dejando de besarse cuando se encendía la luz. Pensaba que eso de los portales ya no se llevaba. Los principios. Cuando una mirada era un mundo (a veces lo sigue siendo), cuando un roce era provocado, cuando una sonrisa enrojecía las caras, cuando un beso… un beso…


Nota: Falta el trozo de canción de siempre, pero es que se me ha ido de la cabeza. Era de Violadores. Cuando vuelva lo pongo.

Nota 2: Vale, perdí para siempre el trozo de canción, pero voy a poner otro que me parece molón, para que Sara no se quede incompleta xD.

"Digo lo que pienso y cargaré con la culpa,
piensa lo que digo y quédate con la disculpa."
Marrones, morenas, coronas; Doble V.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me incluyo en tu grupo... y no me preguntes porqué.

Fatal lo de la canción... me dejas incompleta... ;)

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