sábado, 5 de noviembre de 2005

Tú, siempre tú.

Tu nombre en el móvil. Mis neuronas se alteran. Corren de un lado a otro. Gritan. Forman al ejército para la guerra. Firmes. Muchos caerán.
Como siempre tus llamadas me desequilibran. Como siempre me llamas estando de fiesta. Como siempre me llamas borracha/morada. Aunque esta vez no ha sido como siempre. No hemos discutido. No hemos pronunciado “la frase”. No me has llamado de todo. No te he pedido perdón. Estáis en plena fiesta, no son las seis de la mañana y vuelves a casa. Por eso ha sido distinto. Por eso y por las voces de tu amiga, creo que he perdido un tímpano.
¿Me usas o realmente piensas todo lo que dices? A veces me cuesta saber si soy tu amigo o un pañuelo de tela, que usas, limpias, usas, limpias… o eso te parece a ti, que lo limpias. Pero no soy un pañuelo, en mi cabeza resuenan tus palabras una semana. Es parte de ese trozo de masa cerebral que no sufre formateado. Una semana oyéndote en sueños, una semana durmiendo poco, una semana abstraído, una semana buscando drogas que te hagan callar… cuando consigo olvidarte me da la sensación de que acabo agotado, demacrado, hundido… que he sufrido un proceso de agotamiento físico y mental que dejará secuelas. No se si merece la pena olvidarte. El precio es alto.
Me has llamado para decirme que me llamaste el otro día. Mi cerebro lo recuerda, ahora. Posiblemente las circunstancias y una predisposición para olvidar sean la respuesta a por qué no te devolví la llamada.
Me has llamado para decirme que me habías soñado. Que en tu sueño aparecía con una tipa… y me has dicho: “a ver si mi sueño va a ser verdad…”
Mis neuronas se han rendido. Desertan.
No se. No se que quieres de mi. No se que siento por ti. No se que sientes por mi. No se.
Tu amiga se ha despedido y ha colgado. Probablemente ya estarás enfadada. Que te he colgado. Que no te llamo. Tampoco se si debo o quiero llamarte… no lo se. Igual si debo… o no. Igual si quiero… o no. No se si llamarte. Me desequilibras… dios!! Puta cabeza!! Deja de darle vueltas!!
¿Amor? Pesa tanto esa palabra. Te quiero, evidentemente, pero no te amo.
Y quieres venir a verme. 700 km. 10 horas de tren… para discutir. Tampoco se si quiero que vengas. Aunque nunca sabes que nunca se nada.
No te voy a esperar, lo sabes. Estaré aquí, en mi nube azul, y un día, de repente… veré tu nombre en el móvil.

No hay comentarios:

Creative Commons License
Esta obra está publicada bajo una licencia Creative Commons.