lunes, 28 de noviembre de 2005

Puente Inmaculada-Constitución.

Nunca tengo planes. Es más, mis planes son del tipo “dentro de x minutos”, o “vamos a x” y vamos. Es lo que tiene. Pero se le ocurre decir a mi primo que vamos el día 8 a Ávila (eso es un plan) y todo pinta guay… hasta que decide venir gente… de todos lados! En fin. Es lo que tiene. Y ahora estoy en una encrucijada. Si mi primo se va a Ávila… y vienen estas… yo sólo con estas… pues como que no… y no me puedo ir a Ávila… vienen a verme, menuda putada si me voy… joder! No se que hacer. Debo quedarme, pero me da un mal royo impresionante. Como dice N: “Estás incómodo y no sabes por que es… te sientes raro… pero luego, cuando pasa dices –joder! Por esto era por lo que estaba incómodo-”. Es como si te sintieras mal por anticipado. Es lo que hay.
7, 8 y 9. Esos son los días que vienes… ya hemos hablado por teléfono… y no me has abroncado! Si lo hubieras hecho tendrías razón… se me ha pasado, lo siento. Y vienes con dos amigas y un amigo… y yo no se que hacer. Si quedarme o irme… bueno, si que lo sé, sé que tengo que quedarme si vienes, eso esta claro. Pero… va a ser incómodo. Yo no sé salir de fiesta sin mi primo… no sé dónde están los garitos… no se… y con estos… salir con estos sería faltar a mi propósito de no volver a salir con ellos… ains… es lo que hay, supongo.
Y además no confías es mí, me lo has dicho, "eres impredecible", esas han sido tus palabras... pero te entiendo, soy impredecible. Pero voy a estar, voy a cumplir, si señor. Y te voy a abrazar, como dijimos una vez, minutos, calor... si señor! Esta vez no te vas a ir con una mala impresión de mi. Intentaré que te lo pases bien, que te olvides de que soy un cabrón... que te olvides de que me quieres. Nunca más ese sabor amargo, ese rencor. Te vas a ir pensando que te quiero, que no me quieres y que soy un cabrón, ese es mi propósito... pero no nos engañemos. Te irás sin saber que te quiero, queriéndome (¿perder de vista?) y sabiendo que soy un cabrón. Lo sé. Pero es lo que hay... o no.
Unforgiven II, que temazo. Quién fuera unforgiven too.

"convénceme, de que todo ahora es distinto
elévame, todo lo que veo esta deshecho
no puedo ver un futuro dentro de esta situación
¿duele?
(...)
Solo queda un sabor amargo
solo este rencor
disolver los pensamientos
que dentro hacen presión y mas dolor
la barrera somos nosotros
el orgullo puede más
no controlar la magnitud de tus palabras cuando quieres hablar."
Musa, Skunk D.F.

Tu solito te lías (toma plagio a Fortuna)

Las musas en periodos de felicidad están como aletargadas, como dormidas. Igual es que necesito estar preocupado o triste para poder escribir. O que la felicidad no se puede plasmar de la misma forma que la tristeza en un papel… llámalo papel, llámalo pantalla.
De todas maneras… llegan nubarrones. No son tristezas, más bien preocupaciones. Como siempre. De hecho nunca dejo de estar preocupado… los amigos, las amigas, la familia, el dinero, el dinero, el dinero… jodido dinero.
“trae ese ron es la canción de los que saben que el dinero es la condena del hombre”
Trae ese ron, Doble V
Nunca le he dado importancia al dinero, de echo, no la tiene… no la tiene más allá de que la sociedad lo necesita, y nosotros como parte de la sociedad. Supongo que sólo los que no tenemos o los que tienen demasiado le damos esa nula importancia al dinero. Si tuvieras… que se yo… 20 millones de pesetas anuales el dinero te la traería floja… o 125 millones de dólares al día, como Bill Gates (Bily Puertas)…
Si os digo la verdad… vivir debajo de un puente o pidiendo en la calle Zamora ya no me parece tan mala opción… aunque debe ser durísimo. No frivolizo, ni mucho menos. Estoy contento (y mucho) con lo que tengo, aunque no tenga nada. Estoy contento porque he podido elegir qué hacer con mi vida, aunque nunca lo tuve claro. Estoy contento porque si me caigo siempre habrá dos pares de manos ayudándome a levantarme. Estoy contento porque cada momento, por malo que sea, he sabido afrontarlo con entereza y coherencia. No me puedo arrepentir de lo que ya he hecho. He perdido amigos, he ganado disgustos… pero me siento orgulloso. Siempre he sido fiel a mis principios, cosa que no todo el mundo puede afirmar.
Me rayo.
Preocupado pues, porque me excluyen, porque me quedo solo. Y todo porque soy distinto… bueno, no del todo. Porque tengo gustos distintos. Gustos que antes compartía con cierta gente y que han cambiado por otros. Bien, me parece bien. ¿Por qué cuando uno es fiel a sus gustos, principios, etc. le (o me, en este caso), le da la impresión de que es un capullo y un individualista? Tengo esa sensación. La gente cambia de gustos y de principios y me da la sensación de que el que hace mal soy yo… ¿por qué? No lo entiendo. A parte de la falta de personalidad de ciertos “amigos” y su chaquetabilidad (término inventado pero que se entiende de la hostia), que tampoco lo entiendo. Ciertamente lo que dice según quien tiene más valor que lo que dice otra persona. Por el simple echo de que es más guapo, más atractivo, más influyente, en definitiva. Los que están por debajo (los que se sienten por debajo, porque nadie está por encima de nadie), los que se sienten por debajo, pues, han de obedecer al superior… que aborregamiento. “borregos obedeciendo a lobos”.

"Ven y me cuentas porque estas triste
te comentaron que dios no existe
que no hay un cielo y que tu infierno es saber que jamas superar lo que viste
te sonó tonto te sonó a chiste
pero pronto comprendiste
que no puedes evitar cagar aquello que comiste"
De-Que-rer-ser, Hora Zulu

viernes, 18 de noviembre de 2005

De regalo... una entrada

He aprendido. Anoche, a eso de las once y media, poco más o menos, se me ocurrió algo… me levanté y atrapé las ideas en un papel. Bien por mí. Claro, que estaba cenando, no en la cama. Levantarse de la mesa no es lo mismo que levantarse de la cama, seguro! Pues eso. La musa se puso a cenar conmigo.

La verdad os hará libres. Que gran frase, ¿eh? No se de quien es, pero supongo que de algún filósofo o pensador… o de la Biblia, suena grandilocuente… Encierra muchos significados.
La verdad. Ese tema tan recurrente en mi cabeza. Le he encontrado un significado en poco tiempo. La verdad libera. Ese es mi pseudo buen humor del otro día. Es una liberación lo que he encontrado, no el buen humor. El buen humor estaba ahí siempre, pero dormido, aletargado. Ha sido la verdad quien lo ha despertado. Por eso salía de vez en cuando. Estaba ahí. Lo despertaba una sonrisa. La verdad tiene forma de sonrisa. Tiene forma de mujer. Y la mentira de hombre. ¿Por qué? No lo se. Siempre el mal tiene forma de hombre en mi cabeza. La belleza, lo puro, la verdad, tienen forma de mujer. Y eso que la mujer es el bicho que le picó al tren. Pero me pueden… todas.
Vuelvo al tema que me pierdo.
¿Nunca he tenido la razón para haberlo descubierto ahora? No. Supongo que he tenido la razón algunas veces, pero nunca me la han dado, y si lo han hecho ha sido un poco de soslayo, de manera que no ha supuesto mucho. Igual es que ni yo mismo creía la verdad, igual me negaba a reconocerlo en el fondo de mi ser… aunque lo sabía, sabía que era verdad lo que mi subconsciente me susurraba. Pero igual no podía, no debía creerlo… ¡Qué duro! Pero es verdad… una vez más la verdad.

La musa se levantó y se fue tal y como había venido, en silencio…
La tele devoraba mis neuronas y el mal tomaba mi cuerpo…

"Es más noble quitarse a sí mismo la razón que mantenerla, sobre todo cuando se tiene razón. Mas para eso hay que ser muy rico."
NIETZSCHE, Friedrich

“Hoy recupero sensaciones que habia perdido
hoy recupero sensaciones
mañana volvere a perderlas si creo que existen buenas razones
algo se va y no vuelve
el alma deja el nido ¿ahi estas? ponte en mi situación”
La teoría del caos, Juaninacka

jueves, 17 de noviembre de 2005

Divagaciones / Incoherente

La felicidad, ese estado de ánimo tan etéreo, tan sutil, tan frágil, tan sublime.
No, no estoy feliz. Los antipáticos, bohemios, malhumorados, como yo, no somos felices; quizás una o dos veces en toda una vida. Pero la felicidad es un camino difícil. Es como el nirvana de los budistas. Tiene grados. Nada de felicidad, poca felicidad, felicidad artificial, mucha felicidad, completamente feliz… pues eso. Yo he recibido una noticia que me ha hecho llegar al primer nivel: Momentáneamente feliz. Puntualmente feliz. Así ando.
Una noticia que no me incumbe. Una noticia que no es sobre mi. Una noticia, que de no ser por el subconsciente alcoholizado de una personilla, no habría tenido noticia. Así, una casualidad, un error quizás, me ha hecho replantearme ciertas cosas. Ciertas cosas que combinadas con esa noticia la hacen una buena noticia, aunque en su día podría haber sido muy mala. Como pasa el tiempo… cuánto tiempo sumido en la ignorancia… en la felicidad de la ignorancia. Todo fluía, todo funcionaba (con mejor o peor fortuna). De haberlo sabido, igual mi fe en la humanidad se hubiera quebrado antes… o no se hubiera quebrado. Quién sabe. El caso es que lo se. Y se que el odio está fundado. El mío, claro. Pero… ¿de qué sirve odiar? Ciertamente, de nada.
Felicidad en unas risas con colegas, familia, amigos… Felicidad en una sonrisa, en unos ojos, en unos labios… Felicidad enrollada entre tabaco y papel… Felicidad en una tarde de lluvia. Felicidad en una mañana de sol.
¿Como se puede sentir odio y felicidad al mismo tiempo? Me lo he preguntado. Pero luego me he dado cuenta de que el odio es vencido por la felicidad… a ratos, a trozos y no siempre, pero bueno. Claro, que supongo que habrá gente que sea feliz con su odio, ¿no? Digo yo. Seguro que hay gente que disfruta odiando… hay gente para todo.

En el más sucio rincón de mi negro corazón algo brilla. Igual es muy buen humor, que está despertando. Ese buen humor que sólo me despiertan las mujeres… cómo resistirse a una sonrisa de mujer… imposible.
Ese buen humor de la sonrisa eterna. Ese buen humor de simpatía. Ese buen humor de los chistes buenos. De los comentarios graciosos. De las puntillas simpáticas. Buen humor en general. Y no esta cara de perro… con barba. Ese buen humor de los primeros años… de los primeros años de andar con mujeres. Anoche vi a unos muchachines en un portal, besándose… y dejando de besarse cuando se encendía la luz. Pensaba que eso de los portales ya no se llevaba. Los principios. Cuando una mirada era un mundo (a veces lo sigue siendo), cuando un roce era provocado, cuando una sonrisa enrojecía las caras, cuando un beso… un beso…


Nota: Falta el trozo de canción de siempre, pero es que se me ha ido de la cabeza. Era de Violadores. Cuando vuelva lo pongo.

Nota 2: Vale, perdí para siempre el trozo de canción, pero voy a poner otro que me parece molón, para que Sara no se quede incompleta xD.

"Digo lo que pienso y cargaré con la culpa,
piensa lo que digo y quédate con la disculpa."
Marrones, morenas, coronas; Doble V.

martes, 15 de noviembre de 2005

Callejón sin salida (Barricada)

A veces tres tiros me sobran. No entiendo a la gente. La gente no me entiende. No hay salida. Estamos en un puto callejón sin salida. Pero tampoco entrada.

Cuatro paredes me rodean. Altas como castillos. Me tranquilizo. Pienso. Hoy mi cerebro responde. El aire frío le espabila. ¿Cómo salir? ¿Qué hacer?
Mi experiencia no me sirve. Nunca me había visto en nada parecido. Cuatro paredes. Altas. Parecen sólidas… sí, lo son, me lo dice un pie dolorido. No debo dejar que la rabia me domine.
No me fío de mi improvisación. Casi todo lo hago improvisando… y no funciona, pero no puedo dejar de hacerlo. Pensar antes de hablar. Callar antes de abrir la bocaza. No puedo.
Las paredes lisas desbaratan mi primera idea… de hecho es la segunda después de la patada a una de ellas. También están demasiado separadas como para… lo vi en una película, a lo mejor…
El suelo. Igual… Lo examino. Parece del mismo material que las paredes. Liso, frío, duro…
Miro hacia arriba… no adivino el final… algo azul hay… ¿Será en cielo?
Una vuelta. Dos. Tres… en la 553 dejé de contar. Otra vuelta. Y otra.
Examino una vez más suelo y paredes… nada.
Es evidente. No hay salida.
Pruebo a gritar. No parece muy útil, pero no lo he probado. Nada.
Me siento en el suelo. En medio. Cierro los ojos. Respiro hondo. Todo ha acabado. Espero. Te espero.


Un claxon, un frenazo, ruido, frío…
Abro los ojos. Estoy en la calle. En mitad de la calle. La gente me grita… me levanto y me subo a la acera. Todo pasa. Vuelven a ignorarme. La cuidad nunca duerme.


“nunca desde la cuna hasta la tumba
dejaré que ninguna dificultad me hunda,
cuando me quieran ahogar, seré un pez,
cuando me pongan barreras volaré.
Nunca olvidaré a los que me han visto crecer
ni olvidare a los queme quisieron joder
porque se que nunca aprenderé a perdonar
si me lo hiciste una vez, bien, yo ya te lo haré
(…)
soy incorregible, pues vale, soy culpable.”
Combate de egos, 995 (Chojin)

sábado, 12 de noviembre de 2005

Tú, otra vez.

Tu nombre en el móvil una vez más. Una vez más se repiten todos los tópicos de nuestras llamadas. La frase repetida cincuenta veces. Siempre me llamas lo mismo… bueno, esta vez has ampliado vocabulario “hijodeputa”, bien dicho. Una vez más borracha/morada… una vez más.
Momentos de risas, joder me duele la barriga de reírme… contigo y tus colegas.
Momentos de reproches… tienes toda la razón, y lo sabes.
Me duele el corazón cada vez que me preguntas si te he querido… no entiendo… pero supongo que tienes razón. Nunca supe demostrártelo. Tampoco supe nunca agradecerte que me quisieras tanto… claro que yo no sabia que era tanto… lo se ahora. Aunque lo suponía. Sigo dándole vueltas muchas noches al por qué de nuestro final… creo que fui yo el culpable. Estoy casi seguro. Sigo pensando qué hubiera pasado de haber sabido lo que se ahora… igual seguiría en Badalona… igual seguiríamos juntos… igual…
Esta vez mis neuronas ni siquiera han formado. Saben de sobra que no hay victoria posible. Tus palabras son dardos directos al corazón, nada pueden hacer mis neuronas. Caen al suelo, inertes. Disparaste una ráfaga muy larga… y noté la sangre abrasándome por dentro. Una gota salió al exterior y resbaló por la mejilla hasta perderse en la maraña de mi barba, escondida, para que nadie sepa de donde ha salido o hacia donde va… para que ni yo sepa porque ha salido. Te quiero. Aunque no me creas. Aunque no sepa decírtelo. Aunque no sepa demostrártelo. Te quiero. Quiero abrazarte. Quiero pegarme a ti durante minutos y sentirme bien, lo necesito.
Prometí no más lágrimas inmerecidas. Quizá merezcas… mucho más.
Estoy vacío. Menos mal. Debo seguir vaciándome, para que no me afecten tus llamadas, para que no me afecte la traición, para que no me afecten los comentarios.
Hemos hablado… bueno, has hablado. Siempre hablas tu. En parte porque no se que decirte que no te haya dicho ya…
Pero hemos hablado de cosas que no sabía… de cosas que pasaron hace años y me dan la razón hoy en día… y siguen negándolo… y siguen queriendo convencerme, y siguen poniendo esa cara de… de… joder! De hipócritas y de hijos de puta. Y siguen queriendo hacerme creer que soy yo… cuando los hechos dicen lo contrario… joder! Gasolina y fuego… que ganas de venganza… pero no… la venganza es un trasto tan inútil
Joder! Una pared de cincuenta metros de alto por cien de ancho… en amarillo sobre un fondo negro dice: “El cielo es azul”. Y los que lo miran dicen: “No, el cielo es verde”. Y ahora yo entiendo. Por fin. No es que nieguen que sea azul. Tampoco es que vean el cielo verde. Es más, lo ven azul. En cambio hacen creer que lo ven verde. Quieren convencer de que es verde. ¿Para qué? No se. Eso de momento no lo entiendo… igual es maldad… igual, ya todo puede ser.

Me gustaría poner un trozo de canción bonita, para tí, para que veas que te quiero... pero prefiero cantártela al oído. Además, tus noticias me han puesto de muy mala hostia. Necesito acción.

“Tu que sabes, seguimos ahí a pesar de los pesares.
(…)
Que hablen a veces tienen razón,
se me cruzan los cables y me vuelvo un cabrón.
(…)
Sigues ahí dando y dando cuerda
y el precio de tu palabra sabemos vale una mierda.
(..)
Habláis de gratis ¿por qué?
tu lo sabes yo lo se
ellos lo saben también
a quien queréis sorprender.
Estás de más ya chaval
a quien queréis engañar
sigue con esa actitud nadie lo cree menos tu”
Habláis gratis, V.K.R.

viernes, 11 de noviembre de 2005

¿Verdad?, pues por verdad no me sale nada.

No hay alcohol que haga callar a esa vocecita que dice: inténtalo.
Trágate la verdad y conviértela en un bulo alimenticio que se deshaga cuando coincida con los ácidos estomacales. Trágate tus principios y pon buena cara al mal tiempo. Cede, una vez más, para ver si es la última.
La verdad arderá en tu estómago… úlcera. Tus principios, esa digestión pesada… debilitan las paredes de tu estómago. Al mal tiempo, mala cara. Cede una vez más… y sólo será una más.
¿Tan difícil es la verdad? ¿Tan esquiva? No puede ser, no ha de ser. La verdad esta ahí… ahí fuera (ja! Un chiste freaky).
La verdad existe. Existe como ente único. No hay medias verdades, ni verdades a medias. No hay mi verdad y tu verdad… sólo la verdad. La verdad es un hecho… aunque muchas veces se quede por hacer. Siempre me ha parecido sobrehumana… no, infrahumana, la capacidad de negar la verdad, la evidencia… me parece tan ilógico.
Y ahí está. El aliento en la nuca. El vaho en un día frío. La estrella solitaria en la noche oscura. El rayo de sol en la montaña nevada. El reflejo de sus ojos en mis ojos.
Algo tan pequeño que pasa desapercibido el 90% de las veces. La verdad, algo tan grande que ocupó tan poco espacio.

"¡Coño, nos anestesiamos! fumamos de memoria contra la monotonía del día a día todos los días nos escapamos ¿de quien sino del tiempo? ¿de quien sino del llanto? pero este miedo tiene su encanto, yo!
(...)
y subo al cielo y es perfecto ¡¡¡No hay alcohol!!!"
Ke no hay alcohol, Jotamayúscula y Kase.o

martes, 8 de noviembre de 2005

Una vez más... yo.

¿Es posible que haya superado los posibles prejuicios físicos y pueda conseguir querer a la persona? Aunque habiendo llovido confeti creo se ha cambiado de opinión respecto a lo físico y lo matemático… así no importa la persona.
Lo siento si no es explícito, ¿qué lo es? Nada lo es. A mi me queda claro.

Una vez más una conversación consigue dejarme sin comer, y no por falta de hambre.
Una vez más me niego a darme cabezazos con las paredes para sacar dolores de cabeza… aunque si me la abro igual…
Una vez más no entiendo. No entiendo si siendo lo cabrón que dicen que soy, las mismas personas que lo dicen siguen queriendo hablar conmigo. Y no, no va por ti, porque a veces parecemos el ombligo del mundo, pensamos que cualquier cosa está escrita para nosotros.
Leer entre líneas sabrás, pero no sabes leer lo que está escrito. Seguramente no haya que darle tantas vueltas a las letras y a las palabras, seguramente dicen lo que quieren decir, sin más. A veces leemos, vemos solo lo que queremos ver o leer, a veces incluso nos parece tan real como si estuviera escrito.
Y esto si va para ti. ¿Has perdido la confianza en mi? Que bien, que suerte y que coincidencia. Tu la has perdido y tu has de encontrarla. Me da igual todo, sinceramente, igual duele pero no eres la primera amiga que pierdo. No va a haber más lágrimas inmerecidas.
Y sí, he sido yo, con ironía y con lo que tu quieras. Pero nadie ha pensado por qué estaba cambiado, nadie ha pensado por qué no dormía o no comía, nadie ha pensado por qué no salía de fiesta, nadie ha pensado por qué se me entrecortaba la voz al discutir, nadie ha pensado el por qué de esa lágrima de sangre abrasaba la piel, nadie ha pensado que podría tener problemas… bueno, casi nadie. Siempre uno mismo, ¿verdad? Lo que hayan hecho por nostros no importa si en el instante que necesitamos que estén no están, eso piensas. Nunca nadie ha preguntado como me sentía… amigos… por mis cojones. Y ahora viene la parte de reproches: “Tu tampoco es que lo contaras”. Ya. ¿Y por qué la gente que se ha querido enterar se ha enterado? Lee entre líneas. Hay gente que me ha preguntado y hay gente que lo sabía y hay gente a la que se lo he contado. Ahora la pregunta es: ¿por qué no has querido entrar en ninguno de esos grupos? Fácil.

No soy un santo, evidente, pero no deseo el mal a casi nadie… es más os deseo lo mismo que a mi. Que nos vaya como nos merecemos.
Si merezco la peor de las muertes, que así sea, allí estaré cuando quiera venir a buscarme la Parca. ¿Llorarías? Claro... que preguntas... aunque fueran lágrimas de cocodrilo... aunque fuera por aparentar... Todo vale, ¿verdad? La mentira está permitida y el dolor es inevitable. Así nos va. Ya puedes reprochar y negar y... mejor mantener el suspense, ¿no crees? Tampoco es bueno decirlo todo.
El problema es si todo el mundo está de acuerdo con lo que se merece.
Y sí, el tiempo pone a cada uno en su lugar... pero es difícil saber dónde estás cuando te pone.

"Voy a probar a arrancarme la piel
para verme mejor por dentro.
Quiero entender qué es lo que me hace ser
siempre el malo del cuento."
El malo del cuento, Despistaos

lunes, 7 de noviembre de 2005

¡Puta!

¿Has pensado alguna vez en abandonarme, vida? Yo cada día… dos veces. Me superas, vida, lo reconozco. Me rindo, tu ganas! Me exaspera, me cansa, me deprime… me puede… me mata. Esta vida va a acabar conmigo. ¿Tan difícil es ser normal? Sólo quiero vivir como el resto de humanos… tranquilo. Sin que intentes hundirme, sin que me acribilles a balazos a cada momento, sin que me lances rayos de muerte… sin que me odies, vida, sin que me odies. Por cierto, ¿por qué? ¿por qué me odias? Eres cruel conmigo, ¿qué te he hecho, vida? Necesito respuestas.
Hagamos un trato. Lléname. No se, hazme feliz… no, mejor no; no hace falta que me llenes, dime que me llena y me encargaré de conseguirlo. ¿Qué necesito? Dinero, mujer, amigos, drogas… Robaré, traficaré, mataré… lo que haga falta. Intentaré ser simpático, me conformaré con cualquier mujer y con cualquier amigo… probaré todas las drogas…

“Y probar la droga una de cada,
y volver fiel a repetir,
hasta encontrar la que más me degrada,
y abrazarme a ella hasta morir.”
Extremoduro

Pero dime ¿qué quieres de mí? ¿Qué esperas?, si es que esperas algo. Si no fuera porque te necesito desistiría de seguir tu senda, renegaría de ti… si no fuera por los que ya sabemos. Dos objetivos, cuando los cumpla seré tuyo, estaré a tu merced. Harás conmigo lo que quieras. Esa es mi oferta. En tu mano está aceptarla. Tienes las de ganar, aceptes o no. Siempre estás ahí. Y yo estaré aquí hasta que tu quieras. Claro que si me dejas te aburrirás enormemente, en cierto modo me necesitas como yo a ti. Ahora bien, no puedes apartarme de la senda hasta que los cumpla. No son objetivos imposibles, ni siquiera son difíciles. Todo es cuestión de dinero. ¿Es dinero lo que necesito? Si es así, dímelo, joder, dímelo!! Eres cruel, vida, juegas conmigo, te diviertes mientras yo sufro. Soy una más de tus marionetas. Te entretiene planear desdichas para mí y ver como caigo en cada una de tus trampas.
También se que es victimista culpar a la vida… pero bueno. Se que podría hacer más de lo que hago… lo se. También se que desde hace algún tiempo sólo la música y la droga me llenan… y a veces la música tampoco. A lo mejor es que soy un adicto. A lo mejor. A lo mejor… muchas cosas.

sábado, 5 de noviembre de 2005

Tú, siempre tú.

Tu nombre en el móvil. Mis neuronas se alteran. Corren de un lado a otro. Gritan. Forman al ejército para la guerra. Firmes. Muchos caerán.
Como siempre tus llamadas me desequilibran. Como siempre me llamas estando de fiesta. Como siempre me llamas borracha/morada. Aunque esta vez no ha sido como siempre. No hemos discutido. No hemos pronunciado “la frase”. No me has llamado de todo. No te he pedido perdón. Estáis en plena fiesta, no son las seis de la mañana y vuelves a casa. Por eso ha sido distinto. Por eso y por las voces de tu amiga, creo que he perdido un tímpano.
¿Me usas o realmente piensas todo lo que dices? A veces me cuesta saber si soy tu amigo o un pañuelo de tela, que usas, limpias, usas, limpias… o eso te parece a ti, que lo limpias. Pero no soy un pañuelo, en mi cabeza resuenan tus palabras una semana. Es parte de ese trozo de masa cerebral que no sufre formateado. Una semana oyéndote en sueños, una semana durmiendo poco, una semana abstraído, una semana buscando drogas que te hagan callar… cuando consigo olvidarte me da la sensación de que acabo agotado, demacrado, hundido… que he sufrido un proceso de agotamiento físico y mental que dejará secuelas. No se si merece la pena olvidarte. El precio es alto.
Me has llamado para decirme que me llamaste el otro día. Mi cerebro lo recuerda, ahora. Posiblemente las circunstancias y una predisposición para olvidar sean la respuesta a por qué no te devolví la llamada.
Me has llamado para decirme que me habías soñado. Que en tu sueño aparecía con una tipa… y me has dicho: “a ver si mi sueño va a ser verdad…”
Mis neuronas se han rendido. Desertan.
No se. No se que quieres de mi. No se que siento por ti. No se que sientes por mi. No se.
Tu amiga se ha despedido y ha colgado. Probablemente ya estarás enfadada. Que te he colgado. Que no te llamo. Tampoco se si debo o quiero llamarte… no lo se. Igual si debo… o no. Igual si quiero… o no. No se si llamarte. Me desequilibras… dios!! Puta cabeza!! Deja de darle vueltas!!
¿Amor? Pesa tanto esa palabra. Te quiero, evidentemente, pero no te amo.
Y quieres venir a verme. 700 km. 10 horas de tren… para discutir. Tampoco se si quiero que vengas. Aunque nunca sabes que nunca se nada.
No te voy a esperar, lo sabes. Estaré aquí, en mi nube azul, y un día, de repente… veré tu nombre en el móvil.
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